miércoles, 30 de junio de 2021

ONCE SECRETILLOS PARA SER FELIZ

Amable lector, me considero un hombre feliz y despreocupado. Lo que la gente diga de mí, si es malo me viene guango, y si es bueno lo agradezco mucho; pero siempre vivo mi vida como quiero. Como me da la real gana y sin preguntar a nadie si le parece o no, porque pienso que, si Yo hubiera venido a vivir la vida de la gente, no se me habría dado una vida propia. ¿Cómo se hace?

 

Vivo en base a once "reglas de vida" que conocí allá por 1996, cuando andaba con la guitarra colgada, de greña larga y barbilla de chivo, y que desde entonces me parecen excelentes. Hoy, como ando de oferta, quiero compartirlas con Usted a ver qué le parecen. Ya me dirá. Por supuesto, Tampoco intento imponerlas porque cada cuál vive como quiere, pero sí compartirlas por si quizá le parecen buenas y quiera adoptarlas. Ahí vamos:

 

1. No des tu opinión o consejo a menos que te sea pedido. Yo añadiría que: "O a menos que colabores en un diario como columnista".

2. No cuentes tus problemas a otros a menos que estés seguro de que quieran oírlos. Yo la verdad ni los cuento, de cualquier modo.

3. Cuando estés en el hábitat de otra persona, muestra respeto o mejor no vayas allá.

4. Si un invitado en tu hogar te enfada, trátalo cruelmente y sin piedad. (Cuidado, testigos de Jehová.)

5. No hagas avances sexuales a menos que te sea dada una señal de apareamiento.

6. No tomes lo que no te pertenece a menos que sea una carga para la otra persona y esté clamando por ser liberada.

7. Reconoce el poder de la magia si la has empleado exitosamente para obtener algo deseado. Si niegas el poder de la magia después de haber acudido a ella con éxito, perderás todo lo conseguido.

8. No te preocupes por algo que no tenga que ver contigo.

9. No hieras a niños pequeños.

10. No mates animales no humanos a menos que seas atacado, o para alimento.

11. Cuando estés en territorio abierto, no molestes a nadie. Si alguien te molesta, pídele que pare. Si no lo hace, destrúyelo.

 

Bien, para mí son reglas muy buenas que Yo sí practico, aunque luego se me juzgue de "grosero" por la número 4, de "supersticioso" por la 7 y de "ególatra" (que no egoísta) por practicarlas todas; pero vivo despreocupado y feliz y creo que eso es lo que cuenta. Sé también que, para el político, el religioso y el intelectual, este listado no es nada bueno; pero que el político, el religioso y el intelectual vayan y vivan su vida como quieran, y de tener un mal concepto de mí, que con esa misma los entierren. No me importa.

 

Finalmente, debo decirle que este listado no es mío; estas once reglas fueron proclamadas en 1969 por Anton Zsandor Lavey, fundador de la Iglesia de Satán, y a mí me parecieron buenas desde que las conocí. ¿Usted qué dice?

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lunes, 21 de junio de 2021

¿PERDISTE LA GUARDA Y CUSTODIA DE TUS HIJOS Y TU EX NO TE DEJA VERLOS?

Llega hasta mi escritorio una pregunta muy interesante a la que quiero dar respuesta, porque quizá haya otros lectores en la misma situación. La pregunta es la siguiente: "En un juicio de divorcio, el juez decidió que fuera mi exmujer la que se quedara con la guarda y custodia de mis hijos; se estableció un régimen de visitas y convivencias, pero Ella no lo ha respetado. ¿Hay algo que pueda hacerse?"

 

Bien, lamentablemente, en los juicios de divorcio, problemas conyugales o incluso, hasta cuando hay paternidad sin matrimonio ni concubinato, sí hay padres que utilizan a sus hijos como armas contra el otro, sin importar los daños emocionales que esto puede causarles; pero déjeme contarle que sí se puede hacer mucho, ya que el 25 de abril de 2018, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que "de acuerdo al interés superior del menor, cuando uno de los padres sistemáticamente impida que sus hijos convivan con alguno de los progenitores, se justifica modificar la guarda y custodia para que se logre esa convivencia". "¿Oye Omar, pero y qué significa todo ese palabrerío? Déjeme hablarle un poco del caso y así me doy a entender mucho mejor:

 

Después del divorcio de una pareja, se decretó que la madre tendría la guarda y custodia y que el padre tendría un régimen de visitas y convivencias; pero la madre, sin importar lo que decía la sentencia y enojada con el señor sabe Dios por qué, no presentaba a la niña a las convivencias, por lo que el padre no veía a su hija, a pesar de que éste intentara por varios medios estar con ella. Imagino que el hombre sintió la misma impotencia que muchos de mis clientes; que por pensar que la ley está todavía muy inclinada a la mujer, se sienten frustrados y enojados por no poder hacer nada, pero en el caso que nos ocupa, el padre no se quedó con los brazos cruzados. Decidió solicitarle al juez modificar la guarda y custodia para que él la tuviera y pudiera convivir con la niña. Se le concedió. ¿Por qué?

 

Según el comunicado 062/2018, publicado el 25 de abril de ese mismo año en la página de la Suprema Corte, "la Primera Sala determinó que el cambio de guarda y custodia es lo más benéfico para la menor, pues es la única forma en la que se puede garantizar que las convivencias se llevarán a cabo y, consecuentemente, que la niña estará en contacto con ambos padres. Lo anterior, en razón de que el hecho de que no conviva con su padre aumenta notablemente la posibilidad de que tenga daños emocionales difíciles de revertir. Además, no existía razón que haga pensar que interactuar con su padre pueda tener un impacto negativo en su vida."

 

Claro que no todos los casos relativos a la convivencia son iguales; por eso, termino mi respuesta recordándole que, si usted está en las mismas, necesitará la ayuda de un abogado para que le explique lo que se puede, y lo que no se puede hacer, y porque ante los tribunales civiles no puede comparecer sin un apoderado legal. Espero haberle orientado con claridad. Hasta la próxima.

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