Lo único que han logrado los cobardes maricones promotores del Covid, es hacer que las familias se peleen entre sí, porque salvar a la gente del contagio nomás no. ¡Qué fuertes declaraciones! ¿Verdad? Así las hago desde niño, pero públicamente desde que la familia Colín me dio la oportunidad de externarlas en este diario; como sea, que Yo recuerde, nunca dije nada sin fundamento y esto no es la excepción. ¿Quiere analizar un poco lo que digo?
Amable lector, comencemos por los niños; a quienes tenemos encerrados con el cuento de que "si no pueden enfermarse, sí son portadores y pueden contagiar a otros. Hartos los tenemos de estar en la casa, tomando sus clases vía computadora o televisión y sin poder convivir con sus amigos como antes, desperdiciando encerrados su niñez por una sandez de los gobiernos del mundo, lo cuál a muchos les genera ataques de fuerte ansiedad. A los abuelitos no se les deja ir ni a misa, y no es que me importe que la iglesia tenga más adeptos, pero sí me preocupa el hecho de que ellos, nuestros queridos viejos, están viviendo por lógica sus últimos momentos en esta tierra y Yo siempre he creído que aquí se vino a vivir. Sin embargo… ¿Qué clase de vida es esa que ellos tienen ahora? Y lo peor de todo: ¿Para qué? Si nuestros últimos días en la tierra los vamos a vivir encerrados y sin poder hacer lo que nos gusta, mejor es que venga la flaca y nos cargue de una vez, como en efecto ya lo está haciendo, pasándose sus precauciones por donde ustedes ya se imaginan. ¿De qué ha servido?
Las parejas discuten más y, de hecho, las mismas instituciones y medios de comunicación aseguran que el Covid nos ha traído más violencia intrafamiliar. Tenemos hijos peleados entre sí porque a la mamá le dio la pandemia pedorra (Covid) y mientras que algunos quieren venir a estar al tanto de su madre, otros ni se quieren acercar, provocando altercados fuertes entre ellos. Hay inestabilidad emocional en los hogares porque cuando falta el dinero, el amor se sale por la ventana. Muchos padres de familia quedaron sin empleo, y los que tenían ahorros, también le bailaron y hasta le temblaron. Para colmo de males, hasta el Gobernador tomó la pandemia como bandera. Mientras tanto, el que obedece como corderito y hace obedecer a toda su familia, desperdicia su vida y la de los suyos temiendo algo que, sin duda alguna y con toda seguridad, va a suceder. Un día nos vamos a morir, nos guste o no.
Como puede ver, han sido más las pérdidas que hemos tenido a causa de un miedo estúpido y colectivo. ¿Y para qué? No me lo tome a mal, pero los que iban a morir, murieron de todas formas; y los que se iban a contagiar, en sus ratoneras se contagiaron mientras se escondían y juzgaban a quienes no tememos esta estupidez global y que, por cierto, nada nos ha ocurrido. sin embargo, la gente sigue necia con que hay que encerrarnos y utilizar el bosal cuando salgamos, y apoyan a Alfaro cuando de oprimir el mentado botón rojo y congelar la economía se trata. De las mujeres lo entiendo porque son emocionales y tienen miedo a causa de tanta publicidad (o mejor dicho promoción) de los medios; pero de los hombres lo que puedo decir, para que vayan y se quejen al CONAPRED, es que les compren faldas por maricas.
Facebook: https://facebook.com/omar.arcenolasco
Twitter: @elbastonazo
Teléfono y WhatsApp: 322 191 10 89.
