miércoles, 14 de mayo de 2014

Y LO QUE SON LAS COSAS

Amables lectores; como es sabido por muchos de ustedes, este blog nació en el año 2011. Sin embargo, Yo comencé mi vida de columnista en el periódico SIEMPRE LIBRES en el año 2007, y de ahí vino luego la idea de este espacio virtual. Traigo esto a colación porque el pasado lunes 11 de Mayo, se cumplieron 22 años del nacimiento del SIEMPRE LIBRES, y por ello, como un homenaje, he querido presentar a ustedes la columna que también hoy se publica en dicho diario, y que dice así:

 

Y LO QUE SON LAS COSAS

 

Desde el 11 de MAYO de 1992, que fue cuando este diario vio la luz bajo el nombre de EL SOL SIEMPRE LIBRES, mi abuelita materna comenzó a informarse de las noticias regionales en Él. Decía que era (y sigue siendo) el mejor periódico para saber todas las noticias de VALLARTA. Así que todas las mañanas llegaba hasta su puerta un señor que gritaba: "¡El sol!" Y entonces Ella salía con el dinero para comprarlo. Mientras tanto, Yo seguía siendo un inquieto adolescente con muchos sueños, entre los cuáles estaba el de escribir para algún periódico, aunque en aquel entonces ni siquiera supiera lo que era un columnista.

 

 Luego vinieron mis cuatro años en el extranjero y cuando regresé, en 1997, mi abuelita seguía comprando aquel diario de información regional. A mí la política no me importaba, y la nota roja nunca me gustó. Con mi pelo a media espalda, al grito de: "¡Que viva el rock and roll!" Guitarra en mano me dedicaba más bien a protestar contra lo que no me parecía, y a cantarle una que otra rola a las chicas en las lunadas a las que iba. Dos años en la FACULTAD DE PSICOLOGÍA del CUC, y otros cuatro en la de DERECHO, y pasaron muchas cosas. Entre tantas, se me despertó el gusto por la política mexicana, y por decirle una que otra fresca a los políticos de aquel entonces. Más que nunca, aunque todavía sin conocer cómo era el mundo del periodismo, tenía muchas ganas de escribir y compartir mi sentir.

 

En el 2001, aquella asidua lectora del SIEMPRE LIBRES que era mi abuelita, dejó este mundo para irse a otro lugar mejor, mientras Yo continuaba preparándome para ser abogado, cosa que logré en el 2004. Y entonces, recién desempacado de la escuela, entré a trabajar en el AYUNTAMIENTO DE PUERTO VALLARTA. Mientras tanto, el SIEMPRE LIBRES seguía creciendo, aunque Yo ya no me acordaba de él. Y lo que son las cosas: Resulta que el 21 de MARZO de 2007, gracias a la familia GARCÍA COLÍN, comencé a colaborar para esta casa editorial; la misma que consultaba mi abuelita, de la cuál me siento muy orgulloso y agradecido por la oportunidad que me brinda. Gracias a esta oportunidad, es que usted y Yo podemos platicar todos los lunes, miércoles y viernes, en este espacio que han hecho ustedes los lectores. Por eso, y un poco atrasadón porque Yo tenía la idea de que el aniversario era el 12, felicito a esta, mi CASA EDITORIAL SIEMPRE LIBRES, por estos 22 años de informar al pueblo. Así que: HÉCTOR, DOÑA CATALINA, ADRIANA, PAOLA, compañeros reporteros y columnistas, y todo el personal de esta casa… ¡Salud!



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lunes, 12 de mayo de 2014

Y SE FUERON LOS DEL PLANTÓN

Pues que ya por fin el pasado sábado diez de Mayo se levantó el plantón que mantenían cuatro ex trabajadores del ayuntamiento. Se van del kiosco, exactamente como Yo les dije que iban a irse. Es decir, sin lograr absolutamente nada. ¿Por qué?

 

Amables lectores; desde que estas personas fueron despedidas del AYUNTAMIENTO, la lucha ya no era en las calles, sino en los tribunales., y no para que a la de a huevo los reinstalaran, sino para que el gobierno mochilista decidiera si lo hacía, o en vez de esto, les pagara su finiquito conforme a la ley. Cuando el gobierno del MOCHILAS ofreció pagar, y los trabajadores se empeñaron en buscar la reinstalación a la fuerza, esto se les convirtió en una causa perdida que, para colmo, no se resolverá en este trienio, sino en los siguientes. Lamentablemente (para ellos mismos) en vez de aceptar la indemnización que se les ofrecía, les agarró el síndrome de GABINO BARRERA y sin entender razones, decidieron seguir luchando en los tribunales (lo cuál es correcto aunque les repito que la van a perder) pero además, le apostaron a la presión mediática creyendo que serían noticia sin recordar que la mitotera explosiva ya desapareció del cuadrante.

 

Y es que, volviendo a lo que es legal, un patrón tiene todo el derecho de decidir si nos quiere o no en su empresa, o en el caso del alcalde, entre sus subordinados. Eso sí, cualquiera que sea despedido debe recibir lo que la ley le concede. Yo entiendo que los ex trabajadores llevaban muchos años laborando en el GOBIERNO MUNICIPAL, y también entiendo que es su derecho luchar por la reinstalación; pero es que desde que el gobierno ofreció pagarles el finiquito conforme a lo que les correspondía, ya no está fuera de la ley. ¡Ya no hay nada qué discutir! Si esto lo hubieran entendido desde un principio, estas personas no andarían ahora llorándole a la prensa porque ya se acabaron los ahorros. ¿Y cómo no iban a acabarse? Aún quienes participan en un plantón tienen qué comer y beber, y también tienen familia qué mantener. Mientras hubo en la alcancía todo parecía andar bien; pero en cuanto se acabó… Bueno, ya ustedes ven que hasta el plantón retiraron. Ahora, aconsejados por sabe DIOS quién, pretenden manifestarse en todo acto público en el que participe el alcalde, y como siempre, están en todo su derecho; pero les advierto que con eso nada se va a lograr tampoco. La única forma en que pueden luchar, y con desventaja debido al ofrecimiento de finiquitar conforme a la ley, es en los tribunales. Ustedes los manifestantes, deben entender que nada van a lograr con manifestaciones piteras y se los digo como un consejo de hermano: Deben buscarse ya un nuevo trabajo, y dejar que sus abogados peleen en los tribunales por ustedes. Al cabo si llegaran a ganar la reinstalación, pues nomás renuncian y ya. Si ahora les falta el dinero, no ha sido más que por su propia imprudencia; porque créanme que si plantarse en el kiosco dejara ganancias, ya no habría pobres en VALLARTA.



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