miércoles, 24 de febrero de 2016

¿QUÉ TIENE EL BASTONAZO CONTRA LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS DE SALUD?

Después de algunos trabajos, amable lector, estoy de nuevo en la
comodidad de mi escritorio con una buena computadora (un
agradecimiento a mis patrocinadores que siempre me están leyendo), y
mi jarro de barro lleno de café (el que me regaló mi mamá porque le
dije que en jarro de barro sabe mejor que en taza común) a mi derecha,
listo para conversar con usted sobre lo más relevante que pude hallar
para seguir departiendo como en cada entrega que hago. Hoy quiero
hablarle de lo miserable y chafa que es el servicio que se le brinda
al pueblo que, no teniendo dinero para médicos privados, se acoge a
los servicios de salud del GOBIERNO, llámense SEGURO SOCIAL, SEGURO
POPULAR o como quieran bautizarlo; al fin que es la misma perra (el
dicho dice "gata" pero a mí las gatas no me gustan) nomás que
revolcada. ¿Comenzamos?

Definitivamente fue un gran acierto del GOBIERNO MEXICANO crear en
1941 (si me equivoco en la fecha que me llamen los intelectualones de
siempre y me corrijan) el INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL; y por
supuesto, también es bueno que existan programas sociales como el
SEGURO POPULAR (porque es un programa social que de SEGURO no tiene
nada no se me deje engañar), que le brinden al pueblo los servicios de
salud que requiera. No tengo nada en contra de eso y al contrario, Yo
siempre he de aplaudir tales acciones; pero lo que no me parece de
ninguno de los dos, es el sistema de trabajo que tienen y voy a
explicar por qué:

Imagine que un día, llegando de trabajar, de pronto se siente con el
cuerpo cortado. Al rato ya le dio fiebre y comienza a sentirse de la
patada, así que decide acudir al siguiente día, ya sea a la clínica
del SEGURO que le corresponda o al CENTRO DE SALUD que mejor le
acomoda. Solo que se acuerda de que para poder alcanzar consulta por
ahí de las ocho o nueve de la mañana (si bien le va), debe pararse
poco antes de las cuatro, vestirse y salir volando para formarse y ser
de los primeros. Como no hay camiones, hay que llamar a un taxi que
dicho sea de paso, hay algunos méndigos rateros desvergonzados que
suelen cobrar más de la cuenta solo porque es de madrugada, pero tiene
qué tomarlo o no llegará a formarse a tiempo. Después de ser asaltado
por el taxista, finalmente llega a las cuatro con treinta, y ya hay
treinta delante de usted, algunos todavía con el poncho bien tapaditos
porque durmieron ahí. Total, ya está usted ahí formado, esperando a
que el reloj se apiade y dé las seis DE LA MAÑANA, hora en que llega
el policía (polecía dicen los viejitos) pero en el caso de los centros
de salud, nomás llega a ordenar la fila porque las trabajadoras que
dan las fichas llegan a las siete. O sea… ¡Ya se perdieron tres horas
y nomás no hay solución a la enfermedad que la gente lleva! Y todavía
cuando la persona recibe la ficha le dicen: "Véngase como a las diez".
¿Se da cuenta?

Pues bueno; como irse a la casa y luego volver a las diez le resulta
cansado y costoso, se queda ahí hasta que le toca. Si tiene hambre y
todavía trae dinero se compra algo; si no pues se jode y nomás ve cómo
come el otro (porca miseria) mientras a usted se le hace agua la boca.
Finalmente lo atienden, pero cuando llega a la farmacia a surtir la
receta, resulta que "no tenemos la medicina" y "tendrá qué comprarla".
Así se fueron seis o siete horas del día, y con miserables resultados;
tan miserables como la atención que le dan al pobre en estas
instituciones. Eso, y acudir a FARMACIAS SIMILARES habría sido lo
mismo. ¡De todas formas hay qué comprar las medicinas! Con todo
respeto, y va a disculparme mucho por mi excelente francés amable
lector, pero que chinguen a su madre. Si Yo fuera usuario del SEGURO
SOCIAL o del POPULAR, nomás de pensar en todo lo que le he descrito,
verdad de DIOS que lo enfermo se me quitaba, y si no se me quitaba,
preferiría morirme en mi casa tranquilo y sin más problema, que
andarle batallando con tanto trámite. Un día le dije todo esto a un
amigo mío que es doctor; pero me dijo que aunque me entendía, Yo
también debía entender que las instituciones públicas no se dan abasto
con tanta gente. Yo digo que si nuestros flamantes políticos dejaran
de ser tan rateros, y destinaran el presupuesto completo, otro gallo
nos cantaba. ¿O no? Contacto: elbastonazo@hotmail.com y 044 322 19 1
10 89.

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