miércoles, 9 de diciembre de 2020

LA CURIOSIDAD MATÓ AL GATO, Y A MÍ ME HIZO LLAMAR A LA IGLESIA

Que mi madre me encomiende a la virgen de Guadalupe a cada paso que doy, y que cada vez que salgo fuera Yo batalle porque con todos los santos que Ella y mis tías bajan del cielo para cuidarme se llena el avión, es normal y hasta lógico. Que mi esposa, que es cristiana, siempre pida por la salvación de mi diabólica alma, es algo normal porque es mi mujer, tiene una creencia y desea que cuando muera, mi alma no vaya a ese lugar de tortura que solo a un dios loco, piromaníaco y enfermo pudo habérsele ocurrido como es el infierno. Que mis hermanos pidan por mí desde su fe católica (dicen) no se escucha nada descabellado. Pero hace unos días sí me sorprendieron, y a la vez me halagaron y le quiero contar, porque de todas formas considero que, en cuanto a política, de momento no hay cosa buena que decir; así que aquí vamos:

 

En mis cumpleaños me han regalado de todo, y mire usted que dije "de todo". Ahí póngale lo que se imagine y hasta más, TOMANDO EN CUENTA QUE LOS MEJORES REGALITOS HAN SIDO DE MUJERES. Pero resulta que una amiga (sí es amiga no sean mal pensados) que tengo desde hace muchos años, a quien por cierto conocí allá en California, me contó que cada 18 de abril, día de mi cumpleaños, manda decir una misa para que me vaya bien y eso, amable lector, no lo esperaba y menos de Ella. Aunque Yo no soy católico (porque me agarró la ventolera y me fui a conocer otras religiones y creencias) y, de hecho, Usted sabe que le doy muy duro (a la iglesia no a mi amiga) me sentí verdaderamente halagado ya que, si recuerda, las misas se pagan. No es algo que Usted diga "voy y le pido al cura que haga el favor", sino que una misa se paga y por más poquito que fuera, con todo y que Yo no estoy de acuerdo en enriquecer más a los de la sotana santa y consciencia sucia, no dejo de agradecer que haya gente que se acuerde de mí en su tiempo devocional.

 

Pero bueno, ya picado por la curiosidad, llamé a la parroquia de San Miguel Arcángel del Pitillal, y pregunté cuánto cuesta una misa dicha especialmente para una persona, sin mezclar a nadie más. Quise darme una idea de cuánto es lo que, más o menos, anda pagando mi amiga cada año. La respuesta me dejó más halagado todavía, porque si uno quiere una misa en la que se nombre a mucha gente en la misma ceremonia, nomás se pagan cincuenta pesitos. Sí, así como los abonos de Coppel y Elektra. Pero cualquier mortal que quiera una misa especial, una en la que la chusma no se mezcle con la persona especial a la que va dedicada, ha de pagarle a la iglesia la nada despreciable cantidad de 1500 pesotes (150 dólares). "Oye, mejor mándamelos para una buena sentada de mariscos".

 

Para mí la misa no significa nada; la intención, sin embargo, es otra cosa y Yo siempre voy a valorar el hecho de que mi gente quiera que me vaya bien. No sé si al dios de mi amiga le simpatice la idea de bendecir al que tan duro le da, pero por lo menos hay buena voluntad por parte de Ella. Tampoco creo que me lo haya dicho nomás por hablar, porque no es de esas. La idea es que Yo no sé qué hago, o por qué la gente tiene ese gusto por rogar por mí, pero no es esta la primera vez que me halagan así, y los halagos no solo vienen de religiosas; también lo hacen brujas y curanderas, creyentes de la Santísima Muerte, creyentes de la Nueva Era, metafísicas, simpatizantes de la Cienciología y todo tipo de personas, cada cuál a su manera y dirigiéndose al dios o demonio de su preferencia, pero casi todas las que lo hacen son mujeres. El pasado mes de agosto, padecí mucho de una infección en la garganta que ni tomar agua me dejaba. Luego una amiga me contó que había prendido una vela azul para mi protección. Otra de plano me dijo que reza para que Yo "siente cabeza", porque es muy católica y mucho de lo que digo y hago le parece, en sus propias palabras, "demasiado cruel". Por otra parte, no son pocos los lectores que me llaman y me dicen que siempre rezan por mí para que me vaya bien, y hará como unos cuatro meses, escuché a un pastor cristiano (ese ni mi amigo es) pedir por mi alma mientras mi esposa escuchaba por Facebook su prédica.

 

Ayer recibí otra de esas llamadas en las que al final, el lector se despidió diciendo: "Mi madre me enseñó a rezar y Yo siempre rezo por Usted, porque, aunque Dios no le haya dado la vista, le dio otras habilidades y ojalá también le concediera ver, para que viera cómo estamos en Vallarta". ¿Y qué puedo Yo decir amable lector? Pues que, aunque Yo simpatice más con el diablo que con el dios de la iglesia, la verdad es que percibo en todo esto una buena intensión; así que muchas gracias.

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