El lamentable ataque del que fue víctima el ex gobernador de Jalisco Aristóteles Sandoval, fue propicio para que los malquerientes del alcalde Arturo Dávalos, y las resentidas feministas, salieran a desgañitarse y romperse las tangas en el Facebook, gritando que "Vallarta no es seguro" y sacando todas las muertas que pudieron recopilar desde principios de siglo para sustentar sus dichos. Pero… ¿De veras nuestra ciudad es tan insegura?
Amable lector, que no me lo asusten con el petate del muerto. Entendamos bien, y sepamos diferenciar: Yo, y cualquier ciudadano de a pie como Yo podemos andar libremente por la calle, incluso por la misma zona y hasta tomar unos tragos en el mismo bar donde estuvo Aristóteles, es más, ya exagerando un poco hasta podemos ir a mear en el mismo baño donde lo atacaron, y nada va a pasarnos porque, por más duro que se oiga, los que lo mataron venían por Él. ¡Específicamente por Él y por nadie más! Eso no es inseguridad, sino un ajuste de cuentas del cuál no conocemos el motivo, y que, si bien se ejecutó aquí, ni fue contra los vallartenses, y hasta me atrevería a especular que tampoco fue ejecutado por vallartenses. ¿Que nos pasó a joder? Sí; afectó seriamente la imagen de nuestro destino porque la noticia salió hasta en medios internacionales como la BBC. ¿Que el hecho es lamentable? Sí; aunque no para todos los que salieron hipócritamente a llorar en las redes, pero lo fue sin duda para su familia y amigos. De eso a que Puerto Vallarta sea inseguro hay mucha diferencia.
Tengo la fortuna de viajar por toda la república y escuchar lo que en cada ciudad que visito sucede, lo que me da la oportunidad de valorar la ciudad amigable en la que nací que es Puerto Vallarta. He estado en algunas en las que las tiendas cierran a las siete debido al peligro y con todo respeto, aquí en Vallarta cierran a las once de la noche. Por eso les pregunto: ¿Cuál inseguridad, tarugos? Inseguridad la que se vive en Guerrero y Michoacán, donde las muchachitas son bajadas de los colectivos en pleno mediodía y a punta de pistola ante el pueblo que nada puede hacer; inseguridad la de Guanajuato y otros estados de la república, en los que amanecen cuerpos colgados de los puentes todos los días y los asaltos, las violaciones y todo tipo de delitos están a la orden; inseguridad la de las ciudades en las que los secuestros, granadazos y balaceras son el pan nuestro de cada día. ¿Pero Vallarta? Aquí no pasa nada de eso y definitivamente los chillones de las redes no saben reconocer el paraíso en el que viven. Pero sí, voy a concederles algunas cosas. Por ejemplo: Cierto que a Alfaro se le fue de las manos el control de Jalisco; también es verdad que si así de fácil fue matar a un ex gobernador, mucho más fácil sería matar a cualquier ciudadano hijo de vecino; si queremos más, incluso es verdad que uno o dos crímenes más han sucedido por esa zona, aunque ocurre cada venida del Papa (y Francisco no ha venido) todos con las mismas características que este; pero todo esto es tan cierto como que la muerte existe y no por eso nos vamos a romper las pantaletas gritando que "Vallarta es inseguro", y mucho menos cuando comemos del turismo.
En conclusión: Lo mataron. Denle vuelta a la página y dejen de decir sandeces.
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