Ayer escuché a una persona decir algo que me puso a pensar. Ella dijo:
"Pues sí, en el CONGRESO se aprueban leyes y reglamentos; pero a
nosotros nadie ha venido a preguntarnos". Un revoltoso cualquiera de
la izquierda, un seguidor del PEJE o de ARISTEGUI habría aplaudido
estas palabras; Yo no, y lo que es más, lamenté profundamente la
ignorancia que existe sobre el tema.
Para comenzar, sí nos preguntan; solo que no lo hacen casa por casa
como los ilusos izquierdistas lo desean, sino que lo hacen cada tres
años. Cuando usted y Yo votamos por un candidato para que este sea
DIPUTADO, SENADOR, PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA o cualquier otro cargo
de elección popular, estamos dándole, según nuestra CONSTITUCIÓN, el
visto bueno para todas y cada una de las decisiones que tome en el
CONGRESO, nos parezcan o no. ¡Y además es legal! Si no, lea usted lo
que dice la CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS en
el Artículo 40: "Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una
República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de
Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen
interior; pero unidos en una federación establecida según los
principios de esta ley fundamental". Y estas dos palabritas,
"República representativa", nos dan la clave de todo y deberían
analizarse con cuidado por aquellos "paladines" de la justicia. Si le
queda alguna duda, lea también el Artículo 51, que a la letra dice:
"La Cámara de Diputados se compondrá de representantes de la Nación,
electos en su totalidad cada tres años". Aparece de nuevo estas
palabras, "representantes de la Nación", para indicarnos lo que le
vengo diciendo: Cuando elegimos DIPUTADOS y SENADORES, estamos
depositando en los candidatos la responsabilidad de ir y decidir en
nuestro favor, y lo hacemos, o al menos así deberíamos hacerlo, de
acuerdo a la capacidad que creamos que tengan. Y digo que "al menos
así deberíamos hacerlo", porque la realidad es otra. ¿Cuál?
Que a la hora de las campañas, el mexicano promedio no elige de
acuerdo a las capacidades del candidato, sino a lo que este le da. De
modo que no importa si el candidato es un perfecto animal en cuanto a
legislar se refiere, porque "al cabo nos regaló una despensa", o "una
bolsa con el escudo del partido", o en el peor y más vergonzoso de los
casos, un méndigo y miserable vaso de plástico de dos pesos con su
nombre, mandado hacer por mayoreo para la borregada. Por esa miseria
se olvida usted, amable lector, de examinar a fondo la capacidad de
aquel a quien luego, con el voto, avala en todas las decisiones que va
y toma en el CONGRESO. ¿Entonces qué? ¿Será que no nos preguntan, o
que la mayoría se conforma con cualquier cháchara?
Aunque el voto es secreto, déjeme decirle que personalmente pienso
votar por RAFAEL GONZÁLEZ y por GUSTAVO GONZÁLEZ VILLASEÑOR para que
sean mis diputados y vayan a representarme, porque cuando los busqué
para algo siempre me dieron soluciones, con lo que quedó demostrada su
capacidad. La misma pienso aplicarle a ANDRÉS GONZÁLEZ PALOMERA, que
siempre se ha mostrado abierto y sensible a mis necesidades cuando lo
busco y tiene la posibilidad de apoyarme, así que bien puede ser, y
será, un excelente ALCALDE de PUERTO VALLARTA; razón por la cuál, no
tengo empacho en invitarlo a votar por Él y por mis dos gallos para
las diputaciones. Esa, sin embargo, es mi experiencia personal. ¿Usted
qué razones tiene para votar por sus elegidos?
Ahí está la importancia de pensar bien el voto antes de emitirlo. Ahí
está la urgencia de cuestionar a nuestros candidatos sobre cómo harán
lo que dicen que harán, y sobre los proyectos que traigan (si es que
traen alguno) para cuando lleguen al cargo. Muchos se sienten
ciudadanos responsables porque salen a las calles a gritar y patalear,
pero jamás ejercieron esa responsabilidad en las urnas donde, por
cierto, era el lugar y el momento indicados para hacerlo. Votemos con
consciencia y conocimiento, para que luego no andemos diciendo tanta
idiotez como eso de: "a mí nadie vino a preguntarme".
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