martes, 26 de julio de 2016

¿EN QUÉ FALLAN LOS ANIMALISTAS?

Amables lectores, ya estamos de regreso. No había escrito porque
figúrese usted que me fui a la ciudad de MÉXICO a una capacitación. Ya
le contaré más sobre este viaje pero por lo pronto, le digo que me
sentí muy bien entre la chilangada de IZTAPALAPA (ahí no fue la
capacitación pero ahí me hospedé con unos cuates), que me recibió con
un pack que contenía una torta de tamal, una caguama en bolsa y un
disco de LOS ÁNGELES AZULES; así de nacotes andábamos. Ahora pasemos a
lo nuestro:

Mucho es lo que leo y oigo sobre el tema de los derechos de los
animales; sin embargo, lamentablemente todos mean fuera del hoyo y de
los muchos que andan por ahí desgarrándose las vestiduras y
sintiéndose las "benefactoras del universo", no ha salido un solo
inteligente que sepa lo que en verdad está haciendo, y sepa también
orientar a toda esa gente que, ya sea por convicción, por politiquería
barata o por sentirse más vegetarianos, gusta de salir a las calles o
de protestar en las redes sociales en favor de esta causa. Pero… ¿Qué
es lo que hacen mal los animalistas? ¿Acaso no han tenido logros en
esta lucha? Déjeme exponerle algo, y luego usted me dice.

En primer lugar aclaro que no me gusta el maltrato hacia los animales;
y lo aclaro porque hoy en día no faltan los enfermos sociales que
buscan con quién pelearse por cualquier pretexto como una columna de
opinión. Dicho esto, ahora sí puedo decirles en qué fallan los
animalistas y es muy sencillo: Los vemos y oímos aquí y allá
quejándose del maltrato que se le da al animal, luchando por pararlo
pero desde el lado equivocado; porque lo que deberían haber hecho
primero nunca lo hicieron. Señores animalistas, agárrense bien de
donde están sentados leyendo esta columna, porque ahorita se las voy a
dejar caer y les va a doler: Para poder darle derechos a un animal, es
necesario primero cambiarle el estatus. ¿No lo entendieron? Imagino
que no, porque si lo entendieran ya habrían dado pasos agigantados en
su lucha, y por eso (porque no lo han entendido) se los voy a explicar
con manzanitas:

El "Artículo 18" del CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE JALISCO nos dice que
"Persona física es todo ser humano"; y el 19 establece que: "La
personalidad jurídica es uno de los atributos de la persona física, se
adquiere por el nacimiento viable y se extingue por la muerte, pero
desde el momento en que el ser humano es concebido, entra bajo la
protección de la ley y se le tiene por nacido para los efectos legales
que señala este Código". Pues bien; eso se dice del ser humano, pero
del animal no. Aunque ahora el maltrato animal sea delito, la verdad
es que el animal sigue siendo una cosa que no tiene personalidad
jurídica alguna, y que a lo más que puede aspirar, si es que el animal
aspira a ser algo, es a ser propiedad privada. "¿Qué dices OMAR?" Digo
que el animal es una cosa, no una persona; y que aquí es donde la
puerca tuerce el rabo porque los derechos se le dan a las personas, no
a las cosas. Siendo así, si Yo tengo un perro o cualquier otro animal,
según la ley puedo hacer con mi propiedad lo que se me pegue la
regalada gana. Es decir, que legalmente no hay quién me impida dañar a
un animal que es mío. Si los circos se hubieran amparado bajo este
sencillo argumento jurídico, todavía tendríamos animales en los
espectáculos circenses; pero curiosamente a nadie se le prendió el
bombillo.

Entonces, en este orden de ideas, los animalistas fallan en no
asesorarse como deben; porque lo que deben buscar primero que nada, y
advierto de antemano que será imposible, es darle personalidad al
animal para luego poder darle derechos. ¿Pero cómo darle personalidad
a un animal? Pues ahí es donde ustedes, señores defensores de los
animales, deben sentarse a trabajar y elaborar una buena propuesta
para nuestros inútiles diputados, y búsquenle; porque de no solucionar
esto, habrá quien se ampare cuando lo acusen de haber cometido un
"animalicidio". Hasta ahora nadie lo ha hecho porque nuestros
diputados pusieron penas muy bajas, y conviene más pagarlas que pagar
el amparo; pero a alguno se le ocurrirá. Yo nomás les digo. Contacto:
abogadoomararcenolasco@gmail.com y 044 322 19 1 10 89.

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