miércoles, 14 de junio de 2017

¡AH CÓMO CHILLAN POR UBER!

El tema por todas partes es UBER; que si debe entrar, que si no debe,
que si se trata de una competencia desleal o de una innovación para el
puerto… La verdad es que por más que le busco, Yo no hallo razones
para que este servicio no entre a Vallarta. ¿Usted sí?

Y es que las razones de los taxistas ya todos las conocemos de sobra;
pero veamos el tema desde la posición del ciudadano común, que toma
taxi y quiere un excelente servicio. A nosotros como usuarios muy poco
nos importa, si es que nada, quiénes son los dueños de UBER; si son
gobernantes o son empresarios, si son gente bien o marihuanos; a
nosotros lo que nos importa es que al abordar, y aún durante el viaje
se nos trate bien y ahí, léanlo bien señores taxistas, muchos andan
fallando. Un día quise abordar un taxi afuera de Galerías para que me
llevara al Pitillal. ¿Creerán que el muy ratero quería cobrar ciento
cincuenta pesos? ¡Ni que estuviera tan bueno! Ya sabrán a dónde lo
mandé con todo y taxi. ¿Y qué decir de las navidades y años nuevos,
cuando ustedes cobran hasta el triple por un viajecito de cinco
cuadras? Le encajan el diente al pueblo, por no decir que en realidad
le encajan otra cosa. ¿Y todavía lloran porque llega la competencia a
hacerles sombra? ¿Lloran como niños a los que les hacen bulling porque
alguien viene a obligarlos a capacitarse y a ser mejores? No sé si
decir que parecen maestros, americanistas o ya de plano decirles
maricones. Discúlpenme.

De los gringos también abusan; porque si ustedes cobran cien pesos
pero el gringo entiende cien dólares, ustedes lo que hacen es clavarse
el dinero y dejar al turista con el mal sabor de boca. ¿Y todavía
protestan porque llega alguien que promete ser mejor? Entiendo que
cuando el servicio que brindamos es el único se puedan dar estos
vicios; pero ahora, como lo dije desde el diez de agosto del año
pasado, les toca salir de su comodidad y comenzar a ser mejores para
poder competir. La chilladera y los bloqueos de calles de nada van a
servirles; mucho menos aliarse con el rey de los nacos de Vallarta
Ramón Guerrero, porque recuerden cómo les fue por andarle engordando
el caldo. No señores taxistas, ustedes merecen todo mi respeto porque
son gente trabajadora que como todos, buscan llevar el pan a la casa.
En eso estamos de acuerdo; en lo que no estamos de acuerdo ustedes y
Yo, es en el hecho de que no quieran que alguien venga a darnos algo
mejor que lo que ya tenemos, ni quieran darlo ustedes. En otras
ciudades Yo he utilizado el servicio de UBER y por la misma tarifa que
ustedes cobran he sido tratado como lo que soy: Un ciudadano de
primera. Se me recibe al abordar con una botella de agua, los carros
traen el aire prendido y si quiero, puedo poner mi música en el taxi.
Aquí, a veces ustedes no me quieren prender el aire acondicionado que
dizque porque así van a cobrarme más. Ya ni pensar que dejarán de oír
la qué buena para dejarme poner mi música y de la botella de agua
pues… Mejor la compro en el OXXO. ¿Verdad? Porque hasta eso, la
disponibilidad para detenerse en el OXXO sí la tienen.

Señores taxistas, y principalmente dueños de los permisos; entiéndanme
esto por favor: Aquí no entran sindicatos, partidos ni agrupaciones;
para arreglar este asunto se requiere de una estrategia que les
permita competir, y bloqueando calles a modo de protesta no ayudan a
la causa. Lo que Yo como permisionario haría, es contratarme algún
informático que me hiciera una aplicación igual, o si fuera posible
mejor que la de UBER para poder competir con la empresa. Además, haría
todo lo posible por mejorar el servicio del que la gente se queja
tanto. UBER como empresa debe tener debilidades porque nadie es
perfecto. Investiguen, piénsenle y salgan al quite en vez de estar
llorando. ¿Costará dinero? Sí. En todo negocio debe invertírsele y
además es preferible eso a quedarse nomás viendo. Durante muchos años
nadie los molestó; ahora llegó la competencia. Salgan de su estado de
comodidad, y capacítense para competir. ¿No creen? Contacto:
abogadoomararcenolasco@gmail.com y 044 322 191 10 89.

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