miércoles, 24 de enero de 2018

DE LA SOCIEDAD Y SU FALSA MORAL

Debemos reconocer, amables lectores, que ya no estamos en aquellos
tiempos moralistas en los que el muchacho llegaba a la secundaria
creyendo que los niños eran traídos por la cigüeña; porque si usted se
da cuenta, de los noventas para acá, los niños como que vienen con una
mentalidad e inteligencia muy diferente a quienes nacimos en los
setentas. Por eso creo que nuestra sociedad debe cambiar un poco y dejar
la religiosidad y la falsa moral a un lado. ¿A qué me refiero?

Hace unos días, mientras esperaba en la fila para pagar, escuché cómo un
joven quiso comprar un paquete de condones. Sí, persígnese si quiere;
porque en efecto me refiero a esos globitos que sirven para tener
relaciones sexuales y al mismo tiempo, protegerse de embarazos no
deseados y de enfermedades venéreas. Al querer pagarlos, la empleada le
dijo al muchacho: "No te los puedo vender si no viene contigo alguien
mayor de edad". Y me quedé frío. ¿Sabe por qué?

Mire; voy a entrar en el tema muy directo porque no tengo mucho espacio
para explayarme. Siempre he criticado, y hasta el cansancio, a los
jóvenes que embarazan (o se embarazan) en plena preparatoria o incluso
en la secundaria. Lo he hecho porque considero que hay demasiada
información como para cometer esa tontería; pero también hay otro asunto
que debemos tomar en cuenta como sociedad. Nos quejamos (se quejan
porque Yo no) de que los embarazos no deseados entre nuestros jóvenes
adolescentes sean cada día más comunes, e inmediatamente le echamos (le
echan) la culpa a la publicidad, la televisión y a la internet; sin
embargo, vea usted lo que sucede cuando un joven quiere tener relaciones
sexuales y consciente de que debe ponerse el gorrito, va y quiere
comprarlo en alguna farmacia. Pues bien, si todavía hay en estos
establecimientos donde los venden gente ñoña, puritana y falsa que se
siente "protectora de la inocencia" y que pide al joven ser acompañado
por alguna persona mayor para poder adquirir los condones, considero que
es ahí donde estamos (están) metiendo la pata otra vez. ¡Y claro! Ya
parece que su hijo o hija va a llegar con usted y le va a decir: "Mamá,
papá, necesito que me acompañes a comprar un paquete de condones porque
mira, lo que pasa es que esta tarde voy a echarme a mi novia". ¿Lo cree
posible?

¡Pues claro que no! Eso, y que la juventud no tenga sexo hasta el
matrimonio, son sueños marihuanos de gente ñoña o religiosa que todavía
cree en los reyes magos. La verdad, duélale a quien le duela, es que por
más confianza que el hijo pueda tenerle al padre o a la madre, esas son
cosas íntimas que no es fácil contar; de modo que, puesto que nadie está
dispuesto a renunciar a una experiencia sexual, y en vista de que para
comprar el condón al muchacho le piden que lleve a una persona mayor, es
obvio que va a optar por tener relaciones sexuales sin condón y que la
chica jamás va a tomar una pastilla para no salir embarazada exactamente
por las mismas razones. Ahí se las dejo como reflexión, y a ver si nos
vamos quitando ya el miedo a la sexualidad. Es normal que un hombre y
una mujer sientan ganas y se unan; todos los animales lo hacemos.
Contacto: 044 322 191 10 89.


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José Omar Arce Nolasco.
Blog: https://aquiestaelbastonazo.blogspot.mx
Cel: (+52) 322 191 1089

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