martes, 3 de noviembre de 2015

CUANDO YA NO ESTÉ ENTRE USTEDES

A propósito del día de muertos, Yo entiendo perfectamente la
tradición, conozco sus orígenes y comprendo también a quienes las
practican; pero sigo sin hallarle sentido a esto de darle a una
persona en muerte lo que se le debió dar en vida. Sí, ya sé; hay gente
que piensa que los muertos sí disfrutan estas cosas y no vamos a
discutirlo, porque cada quién tiene derecho a creer lo que le venga en
gana. Pero fue precisamente en ese contexto, que me puse a pensar cómo
quiero Yo ser recordado cuando muera, y llegué a las siguientes
conclusiones:

1.- NO QUIERO HALAGOS HIPÓCRITAS

Si le pesa que Yo me vaya llore; si no, pues alégrese. Al fin y al
cabo Yo no estaré para verlo; pero digo esto porque se dice que "no
hay muerto malo", y cuando muere alguna persona que a usted le caía
mal, suele decir: "Después de todo, era un buen hombre" o "una buena
mujer"; y añade: "Descanse en paz". Sin embargo, Yo eso lo considero
una vil hipocresía. Aunque nunca iría a reírme de la muerte de alguno,
para mí sí hay muerto malo, y si quien se murió era mi enemigo, sigue
siéndolo aunque esté entre cuatro cirios. Un pensamiento raro, loco y
puede que hasta anticristiano; pero así pienso y así me gusta pensar.
Nunca van a escuchar ustedes que a mí me pese uno de mis enemigos, o
que me lamente por la muerte de quienes me caen mal. Los recordaré,
pero por lo que fueron, y no hipócritamente deseándoles la gloria y el
descanso eterno. De igual forma, Yo deseo que mis enemigos lo sigan
siendo hasta el final, y no que me deseen el descanso. Eso es para
gente débil. Si tuvieron los tamaños para ser mis enemigos en vida,
deberán tenerlos para sostenerse cuando muera y así estaré complacido.

2.- NO QUIERO A NADIE EN MI TUMBA, SI ES QUE TENGO UNA

Cuando estuve en los ESTADOS UNIDOS, conocí una persona de SONORA que
me contaba lo siguiente: "En mi familia, para recordar a los que ya se
fueron, acostumbramos cocinar lo que le gustaba y así, alrededor de la
mesa comemos todos en su honor". Luego en esta misma semana me lo dijo
otra persona, pero esta del sur de JALISCO; y fíjese usted que me
gustó para mí. Por eso de una vez se los dejo escrito: El afecto que
deseen manifestarme, los regalos que sientan ganas de darme, las
palabras que quisieran expresarme, y todo lo que pudieran hacer por
mí, lo quiero en vida si me hicieran el grandísimo favor; cuando me
muera no quiero sus visitas en mi tumba, porque ni tumba pienso tener,
y porque si la tuviera, de todos modos sus visitas no me sabrán a
nada. ¡Visíteme ahora! Va a ver cómo la pasamos bien mientras nos
tomamos algo; pero cuando muera… ¿Ya para qué?

Por eso si en el DÍA DE MUERTOS, o cualquier otro día han de
recordarme, sea comiendo lo que me gustaba, diciendo lo que decía,
cantando lo que cantaba, y hasta maldiciendo a los que maldecía.
Deléitense en mis placeres, tómense una bien fría o un vaso de wiski
en mi memoria, y con eso me doy por bien recordado. Amables lectores,
cuando ya no esté entre ustedes, gocen la vida como Yo lo hago, y ese
será el más grande honor que me puedan hacer. Contacto:
elbastonazo@hotmail.com y 044 322 19 1 10 89.

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