viernes, 27 de mayo de 2016

LA CHAMBA DE ABOGADO

"usted habla mucho de los derechos del pueblo y de la gente obrera,
pero en la práctica Yo le he visto defender patrones y criminales. ¿No
le parece falta de ética?" Así me pregunta un lector que, por lo que
se aprecia de su mensaje, debe ser algún abogado, o tal vez algún
político ardido de los que se sienten todavía molestos porque les he
dado. Como quiera, esto me da pie para abordar el asunto porque sí me
parece interesante, y no tanto para dar explicaciones a gente que no
las merece, sino para ampliarle a usted, amable lector, el panorama de
lo que es el trabajo de un abogado.

Lo dije muchas veces cuando tuve la oportunidad de dar clases: "Es muy
tonto decir que uno nomás va a defender inocentes en materia penal, o
que solo va a aceptar casos de gente que tiene la razón en materia
civil o laboral". Al oír esto, el estudiante inocentón e idealista,
junto con el religioso se quedaban petrificados acusándome en sus
mentes; sin embargo, lo que digo no tiene nada de descabellado y voy a
explicarlo:

Para empezar, es necesario resaltar dos cuestiones muy interesantes:
Primero, que saber quién es realmente culpable o quién tiene la razón
en un asunto no es así de fácil, y mucho menos cuando la misma ley
dice que todos somos inocentes hasta que se nos demuestre lo
contrario; segundo, que ser selectivo hasta el extremo sería un
suicidio para el abogado, ya que la familia come viste y calza todos
los días y por tanto, estamos obligados a llevar el pan diario. En ese
orden de ideas, no tengo miedo ni reparo en decir que sí es cierto que
también defiendo patrones y criminales, y lo hago por una sencilla
razón: Me contratan y me pagan. Imagínese, por poner un ejemplo, que
un médico cuya misión es salvar vidas dijera: "No pues Yo nomás voy a
salvar a la gente buena, y a los malos los dejo que se mueran". ¿Iría
usted con ese doctor? Yo no; porque Yo espero que el médico me salve
sin ver mi CURRÍCULUM VITAE. De igual forma, no puedo Yo como abogado
discriminar a mis clientes; de modo que si un trabajador me contrata
para defenderlo le trabajo bien, y si un patrón lo hace, le trabajo
igual de bien. En mi opinión, la falta de ética tiene qué ver más con
el hecho de hacer las cosas mal, que con el de a quién estamos
defendiendo. ¿Le parece malo? ¿Cree usted que el diablo va a llevarme
por esto?

Pues mire, así como están las cosas en nuestro país, ya resulta mejor
y más provechoso tener al diablo cerca de uno; y dicen que a los
abogados nos sigue mucho. De hecho, dice un chiste que una vez DIOS
quiso demandar al diablo, pero no pudo hacerlo porque en el cielo no
había ningún abogado. ¡A todos los había mandado al infierno! Se
rumora que desde entonces hay la posibilidad de que alguno de nosotros
sí pueda entrar. Lo que sí es cierto, y ya fuera de chistes, es que la
ley garantiza el derecho de tener un abogado a todos los ciudadanos,
sean inocentes o no, tengan la razón en sus pretensiones o no; y ese
es el fundamento por el cuál Yo acepto casi todos los casos que me
llegan. Dije "casi", porque de todos modos sí soy algo selectivo
cuando puedo. También tengo principios, y como quiera que sea, hay
casos que sí los rebasan; pero cuando no tomo algún asunto, tengo
listos los teléfonos de amigos que con gusto los tomarían, así que no
dejo abajo a nadie. De lo que sí puede el cliente estar seguro, es que
haré todo cuanto esté en mis manos para salvaguardar sus intereses, y
eso, con todo respeto, hoy muy pocos lo garantizan.

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codo y hoy solo voy a regalar dos consultas; una para el primer hombre
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leyeron por internet. Recuerde también que espero sus amables
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