martes, 12 de mayo de 2020

¡LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ PUEDEN SER OBLIGADOS A QUE SUS MENORES HIJOS RECIBAN TRANSFUSIONES DE SANGRE SI LO NECESITAN!

Amables lectores, me disculpo una vez más. Me ausenté porque mi familia me está apoyando con la impermeabilización y pintura de mi casa y la verdad, me había sido difícil escribir entre tanto ruido porque no me concentro. De hecho, en este instante en que escribo me siento algo mareado por el olor a pintura pero ya no podía dejar de escribir. En fin, antes de iniciar felicito a mi Casa Editorial Siempre Libres, que ayer celebró sus 28 años de existencia llegando a los hogares vallartenses con las noticias de nuestra ciudad y la región. Agradezco a la familia Colín por la oportunidad que desde 2007 me brinda, porque por ellos puedo compartirle mis opiniones no pedidas, aunque siempre bien recibidas por todos ustedes. Gracias a todos por todo, y ya sin más, comencemos.

 

¡LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ PUEDEN SER OBLIGADOS A QUE SUS MENORES HIJOS RECIBAN TRANSFUSIONES DE SANGRE SI LO NECESITAN!

 

Hace unos dos fines de semana, encontré una película que me pareció muy interesante por la temática. Se llama Veredicto (La Ley Del Menor), y está basada en el best seller "La ley del menor", escrito por Ian McEwan. La cinta llamó mi atención desde el principio porque trata de un menor de edad enfermo de cáncer que se niega a recibir una transfusión de sangre porque pertenece a los Testigos de Jehová; que como usted sabe, tienen prohibido donar y que les donen. Lo anterior, debido a que tienen su propia interpretación de algunos textos bíblicos que contienen la prohibición de comer sangre y que son los siguientes: Génesis 9: 3-4; Levítico 17: 13-14 y Hechos 15: 19-21. Ya usted los leerá con calma en su Biblia, pero aquí el punto es que Con base en la interpretación de tales pasajes, en la vida real los testigos de Jehová consideran que no deben comer la sangre, en el entendido de que dicha expresión, trasladada a la actualidad, significa que no deben recibir hemotransfusiones.

 

Pues bien, en la película se narran los detalles del juicio iniciado por el hospital donde está internado el joven y el asunto se resuelve cuando finalmente la juez acaba ordenando la transfusión; pero en cuanto a mí, como abogado El tema me apasionó tanto, que me dieron las tres de la mañana investigando cómo se ha tratado el asunto en algunos otros países pero sobre todo, buscaba también algún antecedente en México porque en nuestra Constitución se establece el derecho a ejercer cualquier religión que nos parezca, pero también se establece el derecho a la salud y puesto que ambos (derecho a profesar cualquier religión y derecho a la buena salud) son constitucionales, me preguntaba: ¿En el supuesto de un caso así para dónde se inclinarían nuestros jueces? La Ley General de Salud es clara cuando dice que Un adulto puede rechazar cualquier tratamiento y así mismo, también puede rechazarlo en nombre de su hijo menor; pero… ¿Sería justo que los papás nieguen el derecho de vivir a un niño o adolescente basados en sus propias creencias religiosas? No tuve que ir muy lejos para encontrar que, aunque hasta hace apenas dos años los Testigos de Jehová podían rechazar las hemotransfusiones en nombre de sus hijos menores de edad, la Suprema Corte de Justicia de la Nación les dio un fuerte revés

 

Resulta que en abril de 2017, una niña de seis años de nombre Saraí, fue internada en el Hospital Infantil de Especialidades de Chihuahua por leucemia linfoblástica aguda, pero una vez revisada por los médicos, los padres pidieron un tratamiento sin transfusiones. La trabajadora social del hospital consideró que, por su grave estado de salud, la menor debía quedar a disposición de la Subprocuraduría de Protección Auxiliar de Niñas, Niños y Adolescentes de Chihuahua. Esta inició un procedimiento de protección de menores, por el que asumió la toma de decisiones por encima de los padres, y autorizó las transfusiones, que fueron aplicadas 15 días. El diagnóstico eventual fue de leucemia linfoblástica aguda, que requería quimioterapia urgente y transfusiones adicionales, pero los padres nuevamente rechazaron la propuesta y pidieron una segunda opinión, por lo que la Subprocuraduría autorizó la quimioterapia. Fue entonces cuando la madre, María Ignacia Chávez, presentó un amparo en el que alegó que los médicos y la Subprocuraduría la han hecho sentir que al ser indígena es ignorante y no puede tomar las decisiones adecuadas respecto a los tratamientos de su hija. El amparo le fue concedido pero no quedó ahí porque el asunto llegó a la Suprema Corte y la sentencia dio palo a los Testigos, al anteponer el interés superior de la niñez y el derecho a la buena salud, antes que a la religión; sentando así un antecedente importante, tanto para jueces como para abogados.

 

De modo que ya lo sabe. Desde el 8 de agosto de 2018 (día en que la sentencia fue publicada), existe la posibilidad de que los Testigos de Jehová puedan ser obligados a que sus menores hijos reciban transfusiones de sangre si lo necesitan y qué bueno. No tengo nada contra los Testigos, pero nuestros tribunales son de justicia y no de moral; en ellos se resuelven los litigios basados en la ley, no en la religión. ¿O usted qué dice?

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1 comentario:

  1. Muy interesante, y estoy de acuerdo en lo personal con la suprema corte

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