EN MEDIO DE LA BALACERA

El domingo pasado, el Gobernador salió a advertirnos que las medidas que antes eran solo recomendaciones, ahora iban a ser obligatorias y pobre de aquel que no obedeciera porque sería sancionado con multas y hasta con cárcel. Dichas medidas, son las siguientes por si usted no las recuerda:

 

"Primero, solo se puede salir a la calle para lo estrictamente necesario; segundo, la población considerada de riesgo, adultos mayores, personas con hipertensión o diabetes, personas con síntomas de enfermedad respiratorias, no deben de salir de su casa; tercero, solo pueden funcionar las actividades económicas definidas como esenciales; cuarto, no podrán haber eventos reuniones o congregaciones demás de 50 personas; quinto, queda prohibido el uso de espacios públicos, como unidades deportivas, plazas y jardines municipales, equipamiento cultural, centros barriales o comunitarios; sexto, deberán guardarse en todo momento las medidas de salubridad y de sana distancia; y séptimo, el uso del cubrebocas es obligatorio". A ver, vamos analizando bien esto:

 

Primero, como ya dije el viernes, el Gobernador no puede restringir el libre tránsito de los ciudadanos porque simple y sencillamente, y esto duélale a quien le duela, no tiene la facultad para hacerlo como sí la tiene el Presidente de la república. De modo que los puntos del primero al cuarto solo nos los podría imponer el Presidente porque al hacerlo, Alfaro está violando nuestro derecho al libre tránsito (Artículo 11º constitucional) en los puntos primero y segundo; nuestro derecho a dedicarnos a lo que sepamos hacer para ganarnos el dinero (Artículo 5º constitucional) en el tercero; y nuestro derecho de asociarnos o reunirnos pacíficamente y con fin lícito (Artículo 9º constitucional) en el cuarto. Del quinto no digo nada porque esa es prerrogativa del Ayuntamiento y en cuanto al sexto, en muchos lugares no hay cómo guardar la distancia. Análisis aparte merece el punto séptimo porque es necesario resaltar que el pueblo se siente en medio de una balacera política entre Alfaro y López Obrador, quienes se contrapuntean a cada paso. Aquí un ejemplo: Mientras Alfaro nos ordena cubrebocas para salir a la calle (lo cuál también viola el Artículo 11º porque si no lo traemos no nos dejarán subir al transporte público), López-Gatell, Subsecretario de Salud en México, nos dice que hacer esto es desperdiciar los recursos y que solo el personal médico debe llevar puesto dicho cubrebocas. ¿A quién le hacemos caso?

 

Y si ya éramos muchos, todavía parió la abuela. Desde mi nada humilde percepción, hay reporteros de diversos medios que no solo insisten en llenar de pánico a la gente, sino que además, sintiéndose jueces y policías del mundo, y enojados porque habemos quienes no respetamos el encierro, van y emperran al Alcalde y al Gobernador con sus publicaciones al respecto para que estos se nos dejen venir a mordernos. Con el Ingeniero Dávalos no les ha funcionado, pero ahí tenemos al Gobernador enojado porque nadie obedece sus ilegales y demagogas medidas, amenazando al ciudadano (que ya de por sí no trabaja ni gana dinero) con multarlo y hasta encarcelarlo en caso de que no atienda lo que se le ordena; y Yo pienso, amable lector, que si Enrique Alfaro tuviera los huevos tan puestos para combatir la delincuencia organizada como los tiene para salir y amenazar al ciudadano de a pie, tendríamos un Jalisco más tranquilo; y si nuestra policía municipal con la que ahora nos amenazan con detenernos hiciera lo mismo con las tienditas y los raterillos roba casas a quienes conocen demasiado bien en las colonias, Puerto Vallarta sería otro. Usted me dirá si estoy mal en lo que creo, pero así creo, así siento y así se los sostengo donde me digan. Cuénteme si usted también.

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