LOS ESTERTORES DE JOSEFINA

Desde SAN LUIS POTOSÍ, la candidata del PAN a la presidencia de la república, JOSEFINA VÁZQUEZ MOTA, dijo que si hay nerviosos no están en su equipo y que, digan lo que digan, quienes quieren desalentarla no podrán. Y tiene razón. En el equipo de JOSEFINA no hay nerviosos porque, cuando ya se sabe que se está perdido, nadie está nervioso. Y también es cierto que nadie podrá desalentarla, pues Ella misma, ya está desalentada desde el inicio de su campaña. Si no me cree, nomás oiga esa moribunda forma de hablar al dirigirse al pueblo, con una voz que no solo es débil sino monótona y sin chiste, y que lejos de motivar aburre incluso en sus treinta segundos de spot. Además, panistas reconocidos como VICENTE FOX, aseguran que para que el PAN gane este sexenio, se requiere de un verdadero milagro, a lo que me atrevo a añadir que, tal cosa, ni el mismo BENEDICTO XVI pudo realizárselas con su visita a MÉXICO como lo esperaban. Por si fuera poco, JOSEFINA sigue terca con los discursos en los que nos asegura que no negociará con el crimen organizado, lo que la sigue relacionando con el presidente CALDERÓN, su tonta y fallida guerra contra el narco y su torpeza para gobernar el país. Las apariciones públicas de JOSEFINA, sus discursos y sus spots, no son más que estertores electorales. Es, por decirlo de forma literaria, la crónica de una muerte anunciada. Muerte política por supuesto, pero no solo de JOSEFINA, sino de su partido el PAN, quien desde aquellos tiempos de VICENTE FOX, perdió la histórica oportunidad de ser mejor que el viejo PRI.