Espero que usted, amable lector, haya amanecido con el criterio muy amplio para leer lo que aquí escribí, porque le haré una muy seria crítica a la sociedad en general. Sociedad contradictoria y bipolar que, por una parte, se cree muy devota pero por la otra, olvida toda su doctrina cuando se ve en peligro.
Mire; cuando los cristianos protestantes cantan: “Cara a cara espero verle, más allá del cielo azul; cara a cara en plena gloria, he de ver a mi JESÚS”. Lo que aquí están diciendo es que, en realidad, no tienen miedo morirse porque saben que estarán con CRISTO. Y cuando los católicos cantan: “Oh maría, madre mía, oh consuelo del mortal; amparadme y guiadme, a la patria celestial”. Lo que aquí están diciendo es que, su deseoferviente, es ser llevados al cielo. ¡Morirse pues!” Y sin embargo, no bien acabó de temblar el domingo pasado, cuando ya medio mundo, incluyendo los más religiosos, andaban espantados rogando a DIOS porque nada sucediera. ¿Pues no que mucha fe? ¿No que no tenían miedo a morir? ¿Maricas?
A mí la verdad ni preocupación me llega. Soy como quiero ser y lo dije precisamente ayer, y lo seguiré siendo hasta el final de mis días en la tierra, porque para eso vino uno aquí. Con DIOS nunca he sido un hipócrita. Voy a la iglesia, no cuando tiembla, sino cuando me da la gana y si no quiero, nomás no voy. Si nos va a tocar pues que nos toque. Al cabo que un día, quiera o no quiera, Yo sé bien que de forma inevitable me voy a tener qué morir. Nunca escucharán de mi boca un ruego porque algo no pase. ¿Que va a temblar? ¡Pues que tiemble! ¿Que nos vamos a hundir? ¡Pues órale! ¿Que se acaba el mundo? ¡Si así lo dispone el de hasta arriba, pues que truene de una vez!
Se dice que cuando un barco se está hundiendo, las primeras en saltar al vacío, (al fondo del mar) son las ratas. Comportamiento normal en un roedor, pero estúpido en un disque creyente, pues sea que se queden en el barco o que salten al vacío, de todas formas acabarán ahogados. Quienes dicen ir en el barco de CRISTO, no deberían comportarse así queriendo brincar al mar, sabiendo que de todas formas le van a bailar. Ahora bien, supongamos que temblará y que el mar saldrá de su lugar. ¿Y? ¿Podemos hacer algo? Le voy a decir una cosa y espero que lo entienda: Para DIOS no hay juez pagado ni Él es corrupto como para dejar de hacer algo tan solo porque un pez gordo se lo pide. Yo por eso mejor ni me preocupo por cuestiones que no están en mis manos. Yo, que al parecer soy un grosero arrogante, dejo que DIOS decida si me lleva o me deja y no ando preocupándome por si tiembla o no. Pero estas probaditas que nos da el creador, sirven para saber quién es quién en la fe, y aún en la incredulidad.
