lunes, 29 de agosto de 2016

¿ESTÁ SEGURO DE QUE ESTÁ ASEGURADO?

Y bueno amable lector, ayer a las 11:30 de la mañana le llegó la hora
(como a todos nos va a llegar un día) al cantante JUAN GABRIEL, quien
murió de un infarto en SANTA MÓNICA CALIFORNIA; y aunque la raza anda
triste y alebrestada en las redes hablando del tema, la verdad es que
la vida continúa y Yo todavía sigo aquí, por lo que deduzco que debo
seguirle dando bastonazos a diestra y siniestra al que lo merezca
hasta que la SEÑORA MUERTE venga a quitarme el bastón y a recogerme.
Así que comencemos.

Imagine que se compra un carro. "¿Y con qué ojos OMAR?" No importa;
como dijo el CHAVO DEL OCHO, "esto es nomás un supositorio"; así que
juegue conmigo un rato e imagine que se compra el carro, y como no
quiere correr riesgos por un siniestro o a la hora de una
descompostura, además va y contrata un seguro que le cubra todo esto
en caso de que suceda. Por supuesto, el vendedor de seguros le jura, y
hasta le perjura que todo estará bien y que la compañía, que dizque
para estos efectos se conforma de personas que son todos "casi ángeles
bajados del cielo", responderá por lo que le pase al carro con toda
puntualidad y ética. Claro, esto se lo dicen con tal de que usted le
firme la póliza, y la aseguradora comience a recibir su dinero
mensualmente. Así vive uno, dos, tres o cuatro años pagándole a la
compañía aseguradora, confiado en que no importa si algo sucede con el
auto porque está asegurado. De pronto, y sin más ni más, el día llega
y el carro sufre una descompostura. Acordándose de aquellos "ángeles
bajados del cielo", toma el teléfono, llama a la aseguradora que a su
vez le manda un ajustador que ve el problema; y cuando usted piensa
que está en manos de los héroes que van a salvarlo… ¡Nada! La
aseguradora dice y hace cualquier cosa con tal de no pagarle un solo
centavo y dejarlo bailando con los gastos. ¿Qué le parece?

Esto sucede con los seguros de vida, los de accidentes, los de riesgos
de trabajo y con todo tipo de seguros; solo que Yo le puse como
ejemplo lo del carro para poder partir de algo. Ahora veamos por qué
mucha gente ya no quiere nada con los seguros, para después aconsejar
a quienes tienen problemas con las compañías aseguradoras: Mire; en
los ESTADOS UNIDOS el negocio de las aseguradoras es bueno porque
estas sí pagan; hacen minuciosas revisiones del caso antes de soltar
la lana, pero al final la sueltan en la mayoría de los casos. En
MÉXICO lamentablemente no es así; como dije antes, los dueños y
gerentes de las aseguradoras son capaces de vender a su propia madre
antes de pagar un seguro, y eso sin contar con las "letras chiquitas"
que ponen en las pólizas y que por supuesto, el cliente nunca lee. En
ese orden de ideas dígame usted... ¿De qué sirve comprar un seguro que
no nos van a pagar? ¡Es más lo que salimos perdiendo al pagar
puntualmente a la aseguradora para luego no recibir el servicio cuando
se requiere! ¿O no es cierto?

BIEN OMAR, YA ME PASÓ; ¿AHORA QUÉ HAGO?

Pues déjeme contarle que existen dos procedimientos a seguir; uno es
ante la CONDUSEF, y consiste en un arbitraje al que la empresa deberá
someterse si lo desea, y por tanto, como nunca lo desea, fracasa casi
desde sus inicios. El otro es una demanda civil por el incumplimiento
del contrato, pero como les decía, primero hay qué revisar la póliza y
ver hasta dónde nos cubre el seguro, y lo más importante todavía es
leer esas "letras chiquitas" donde las aseguradoras, aprovechando que
el mexicano no acostumbra leer con detenimiento lo que firma, esconden
la trampa legal para el pueblo.

¿CÓMO PUEDO INICIAR CUALQUIERA DE ESOS DOS PROCEDIMIENTOS?

Para eso, o para cualquier otro problema legal referente a la familia,
los contratos, obligaciones, divorcios, encarcelados, endeudados o que
no quieren pagarles, testamentos o cualquier otro asunto, espere a que
el reloj dé las nueve de la mañana, tome el teléfono y llámeme al 044
322 19 1 10 89, para que pueda regalarle una de las cinco consultas
gratuitas que tengo apartadas para usted, o para un amigo suyo que
tenga problemas. Nada perdemos con conocer bien a qué atenernos, y Yo
le ofrezco esa oportunidad totalmente gratis. ¿Quién le da más?
Contacto para comentarios: abogadoomararcenolasco@gmail.com

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