jueves, 10 de noviembre de 2016

PERRO QUE LADRA...

Aunque dije que ganaría Clinton y perdió, amable lector, la victoria
de Trump no me preocupa en lo más mínimo. ¿Sabe por qué?

No, le aseguro que no estoy loco. Ayer, desde muy temprana hora, ya
recibía mensajes en los que algunos amigos y lectores externaban su
preocupación e incertidumbre por el destino de México, y a todos les
dije lo mismo: "Una cosa es lo que se dice en campaña para que el
electorado vote, y otra muy diferente es lo que puede hacerse ya
estando en el poder". Donald Trump aplicó la misma estrategia que nos
quiso aplicar el Peje en México; tomó los odios, filias y fobias del
ala conservadora de los Estados Unidos, y las utilizó como bandera
política porque le redituaban muchos votos; pero en la práctica, el
Presidente Trump estará tan ocupado arreglando los problemas de su
propio país, que difícilmente podrá cumplir las amenazas contra México
y le voy a explicar por qué:

Primero, Trump no sólo tiene en contra a los demócratas; también tiene
en contra a mucha gente de su propio partido que desde un principio no
estuvo de acuerdo con su candidatura y con la forma en que se impuso
para tenerla, lo cuál le será una gran dificultad para gobernar como
Él dijo que haría, incluso teniendo mayoría en la Cámara de
Representantes que es la equivalente a la de los diputados en nuestro
país. De modo que si quiere que sus iniciativas se aprueben, tendrá
qué ceder muchas cosas y su radical postura contra los latinos, según
creo, va a debilitarse a causa de las negociaciones con los diputados.
No digo que no pueda; digo que primero debe ocuparse de eso y luego
pensar en lo otro.

Segundo, todo país debe trabajar de la mano de sus empresarios, y el
sector empresarial estadounidense podría resultar lastimado a causa de
once millones de deportaciones que el ahora Presidente Electo
prometió. No sé si usted se ha puesto a pensar, pero son once millones
de trabajadores que los Estados Unidos perderían así nomás de un solo
golpe, y la mayoría de ellos hacen trabajos que el gringo no quiere
hacer. ¿De veras le convendrá esto al empresario gringo? Yo creo que
no. Además de todo esto, las grandes empresas tienen mucho consumo por
acá y un boicot no les vendría nada bien. Cierto que como en todo,
existe una parte del sector empresarial que históricamente siempre ha
querido hundir a México (y que fueron los que apoyaron la campaña de
Trump); pero existe otra que conoce mejor el mundo de los negocios y
sabe que no puede aislarse, ni de México, ni del mundo. ¡Simple y
sencillamente no son tiempos para aislarse! Por tanto, presionarán a
Trump para que cambie sus políticas de odio y racismo.

Perro que ladra no muerde, y este ladró bastante; así que no creo que
nos muerda, o al menos no lo hará como dijo. Ya lo iremos viendo poco
a poquito. Contacto: abogadoomararcenolasco@gmail.com y 044 322 19 1
10 89.

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