jueves, 26 de enero de 2017

UNA PREGUNTILLA INCÓMODA

Desde hace algunos meses me he venido preguntando: "¿Qué fue lo que
pasó?" "¿Cómo es que antes fuimos un puerto en el que el turista tenía
qué reservar con cinco días de anticipación un lugar en un restaurante
de nuestra ciudad, mientras que ahora, al ir por el Malecón hasta nos
ruegan para que entremos a uno de ellos? ¿Qué es lo que estamos
haciendo mal?

Amable lector, hoy tenemos una alta ocupación hotelera pero lo malo (y
bien me lo decía un taxista hace dos días) es que esa alta ocupación
consiste en puros viejitos gringos y canadienses que claro, tienen
derecho a estar aquí y son bienvenidos en todo momento; pero que no
dejan mucha derrama económica fuera de sus hoteles porque ellos, por
cuestiones de su edad que son totalmente comprensibles y aceptables,
cuando mucho salen a refrescarse con la brisa de la playa y luego
regresan a sus cuartos. Platicando además con una persona que había
estado en Vallarta y que iba de regreso a su casa, me di cuenta
también del mal concepto que el turista tiene de nuestras playas. Ella
me decía que las tenemos muy descuidadas y que así nomás no dan ganas
de meterse. Digo, no quiero contradecir al Gobierno y sus comunicados
pero fue Ella quien lo dijo y el cliente, en este caso Ella que es la
turista, siempre tiene la razón. Yo vuelvo a preguntarme: ¿Qué está
pasando?

Por supuesto, alguno de estos "empresarios turísticos" que tenemos
medirá: "Oye Omar, Tú eres bueno para hablar y escribir pero no sabes
nada de turismo y de cómo nos manejamos nosotros para promover el
destino". ¡Y tendrán razón! Porque Yo sólo soy un ciudadano de a pie
que contribuye con sus impuestos como todos los lectores de este
diario; por eso pregunto tanto al empresario como al gobernante: ¿Qué
es lo que están haciendo para atraer al turismo? Porque si se está
haciendo algo, tengan por seguro que se está haciendo mal; si se
estuviera haciendo bien, Vallarta estaría pletórico de familias
divirtiéndose en nuestras playas y por la noche los jóvenes europeos,
gringos y canadienses llenarían los antros. No es nomás decir que los
hoteles tienen buena ocupación y de hecho, quienes se atreven a medir
la prosperidad económica de un puerto sólo con eso están cometiendo
una soberana tontejada. La idea sería que además hubiera lana para el
taxista, el artesano, el panguero, el que vende los duritos en el
Malecón, los restaurantes, el ciego que vende en los cruceros y hasta
para el señor de la tienda de la esquina. ¡Así era antes! ¿Por qué
ahora no?

Lo peor de todo es que no sólo el empresario está dormido en sus
laureles; sino que además, respecto del turismo a nuestro Gobierno
Municipal pareciera que le pagan o lo premian por hacer estupideces.
Mandaron traer el año pasado, nomás para ponerle a usted un ejemplo, a
los idiotas, pelados y vulgares youtubers que dizque para promover el
puerto, sin ponerse a pensar que esos retrasados mentales sólo llegan
a los adolescentes igual de tarados que ellos. Así que traerlos y
pagarles hospedaje, viáticos y transporte para venir a decir
barrabasadas no fue, después de todo, una idea tan brillante aunque
algunos (igual de idiotas) lo aplaudieran. ¡Y qué decir del Gobierno
del Estado! Señores, que me perdonen los puritanos de mi partido pero
tenemos un Centro de Convenciones que para ser sinceros, ha valido
madre desde su inauguración. ¿Por qué no se ha utilizado para atraer
turismo de negocios?

Yo nomás preguntaba y daba mi percepción, la cuál es confirmada por la
única fuente válida en estos casos, que es mi pueblo. Si mis palabras
lastiman su "tierno corazón de arándano" y les interesa cambiar mi
opinión, soy lo suficientemente humilde para permitirlo y publicarlo;
pero la verdad es que si acaso, lo que pasará es que chillarán por
dentro y dejarán pasar mi comentario. De nada. Contacto:
abogadoomararcenolasco@gmail.com y 044 322 191 10 89.

No hay comentarios:

Publicar un comentario