domingo, 8 de julio de 2012

¡LEVANTÓN DE HUEVOS!

Crecí en una familia con pocos recursos, por lo que conozco lo que es  comer frijoles y huevos. Un día, ya adolescente, me dijo un tío: "¿Te gustaría que desayunáramos pollito?" ¡Claro, tío!" Y sirvió los platos. Pero al comenzar a comer… ¡Oh sorpresa! Eran huevos revueltos. Cuando le reclamé, me dijo: "Bueno, es que el pollito todavía no ha nacido, pero ahí estaba".

 

Y esto que quizás a ustedes ni les importe, viene al caso porque hoy quiero comentarles que lejos de ser una tontería, es más bien un suicidio que los comerciantes hayan subido el kilo de huevo. Porque ahora que tenemos lo de la GRIPE AVIAR, hasta el más burro se imagina que nadie querrá comprarlo y con estas motivaciones de darlo hasta a treinta pesos el kilo en algunas tiendas, muchísimo menos. Además, Yo les tengo una preguntita: ¿Qué acaso creen que los huevos son la gran cosa? ¡Pues sépanse ustedes que Yo, ni en mi casa los acepto como una buena opción para desayunar! De hecho, siempre he criticado a todos los restaurantes de PUERTO VALLARTA por ofrecer como platillo fuerte, huevos, huevos y más huevos. Huevos al gusto, huevos revueltos, estrellados, rancheros, citadinos, comunistas, demócratas, divorciados, casados, en unión libre y ya nomás faltaría que los vendan también prostituidos. ¡El chiste es vender puros huevos! ¿Por qué no pensar en ofrecer carne en su jugo, con un café caliente y sus tortillitas recién hechas? ¿Por qué no ofrecer un menudito? ¿Una birria bien picosa? ¿Unos tacos de alambre o unos guaraches de asada con una coca bien fría? ¡Pero no! De no ser huevos o chilaquiles, no hay nada qué comer que satisfaga el paladar de un delicado y fino caballero como este.

 

Pero volviendo al tema, el levantón de huevos que nos dieron ni me dolió. Ya les dije que los huevos ni en mi casa. El problema es que el huevo sí forma parte del alimento básico de muchos hogares y aquí es donde la puerca tuerce el rabo. Yo no sé si usted se ha fijado pero, entre los empresarios y los políticos, han hecho del huevo y el frijol un lujo mucho más caro que la carne y mire que ya sería mucho decir. Yo no entiendo cómo quieren que dejemos de consumir la carne en demasía, pero a la vez, nos empujan a hacerlo cuando ponen por arriba de ella (en cuanto a precio) al alimento básico del mexicano. Por eso me atrevo a pedirles, o mejor dicho: A exigirles que no me suban los huevos. Déjenmelos en su lugar y mejor cárguenle la mano al alimento del rico, que es quien tiene para pagarlo.

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