lunes, 30 de julio de 2012

PRUEBA DE FUEGO

Con los nuevos gobiernos llegan también los nuevos funcionarios. A veces son nuevos en el servicio público y a veces, son nuevos solo en el cargo porque ya anteriormente estuvieron en alguna otra dependencia. Como sea, me gusta que los malos funcionarios suban poco a poco porque así voy conociéndolos y sabiendo por dónde pegarles. Mis bastonazos, son para todos ellos una prueba de fuego que me permite irle midiendo el agua a los camotes, de modo que cuando llegan a un cargo de primer nivel, ya sé por dónde les gusta y por dónde no. Lo que sí es que, a lo largo de mis años como servidor público, he conocido funcionarios de varios tipos. ¿Quiere saber algunos de ellos?
Primero están los chillones. Los que, cuando les publico lo que son, andan lloriqueando porque ahora su nombre es conocido en toda la región y porque, debido a mi publicación, sus superiores les jalan la oreja. Deberían de agradecer la popularidad que les doy. ¿Sabe cuánto cuesta un espacio en el periódico? ¡Ellos salen gratis y ni así dan las gracias! Luego están los represores. Estos son los que, cuando leen una de mis columnas donde Yo digo que son esto o aquello, de inmediato se van con gente influyente que me conoce para pedir que estos intercedan y paren los palazos. Mas no saben que nunca sucederá. Tenemos también a los sentiditos. Estos, cuando aparece alguna publicación en la que se les menciona para bien o para mal, de inmediato dejan de dirigirme la palabra en vez de venir y aclarar la situación. Son tan maricones, que se enojan, hacen berrinche, se reúnen para lamentarse del hecho pero jamás los tendrán bien puestos para venir y decirme claramente lo que sienten. Y es que, si les asusta EL BASTONAZO… ¿Cuánto más les asustará venir a enfrentarse con el que lo escribe? Y finalmente, tenemos a los que más gordos me caen: Los que ni la deben, ni la temen, pero que se enojan porque EL BASTONAZO le pegó a su “amiguis”. Estos son los más ridículos, por no decirles de otro modo que les vaya a ofender. Agarran pleitos ajenos como quien agarra a un perro bravo de las orejas sin que este les haga nada. Ya usted sabe cómo se les llama a estos.

Como sea, pienso que un buen político, aunque no sea buen funcionario, debe saber aguantar la presión de uno o varios medios de comunicación. Y esta es la primera de todas las grandes lecciones que tienen qué aprender: Si no saben actuar ante la presión de los medios, no sirven para la función pública porque, en el caso del BASTONAZO lo tendrán contento cuando actúen bien, pero en el caso de algunos otros, ni actuando bien se las van a perdonar. Si chillan a la primera… ¿Qué podemos esperar de ustedes? Además, piensen esto: Funcionarios van y funcionarios vienen; pero EL BASTONAZO siempre será EL BASTONAZO hasta que se muera y lo que es peor… ¡Nunca olvida! Ahí tengo la listita. Puedo esperar pacientemente que lleguen a la cúspide. Es más, hasta podría ayudarlos. Pero una vez arriba… ¡Nomás acuérdense y no lloren!

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