martes, 9 de abril de 2019

EL DERECHO DE CAERLES MAL

Hace algunos años, amable lector, una dama que seguramente todavía compra este diario me dijo: "Usted me cae gordo, pero no puedo dejar de leerlo". Le di las gracias sonriendo, sin tomarme nada personal porque todos tenemos ese derecho inalienable de caerle mal a algunos, o amuchos; y también tenemos el derecho de que alguien nos caiga de la patada. Lo que es más, pienso que si todos entendieran eso, tal vez lograríamos una sociedad más feliz y con menos estrés.

Amables lectores, Estoy casi por cumplir los 41 y desde hace ya como veinte años entendí que esto de caerle bien a todos, ni es bueno, ni es posible; lo que es más, pienso que usted muy en el fondo de su ser siente lo mismo. ¡Piénselo bien! Dígame si no es cierto que nuestros padres y la sociedad misma, en vez de prepararnos para ser auténticos en nuestra forma de ser y de pensar, y agradarnos a nosotros mismos antes que a nadie (cosa que la mayoría toma como egocentrismo), nos educa más bien para ser como los demás dicen que está bien y agradar a la gente en todo para que no hablen mal de nosotros, anulando así nuestra propia personalidad. Hoy en día, y gracias a esta enseñanza, tenemos gente afanada por caerle bien a todos y cuando no lo logran, se estresan. ¿Eso estará bien? Yo digo que no.

Lo vivo en carne propia; cuando digo o escribo desde lo más profundo de mi ser arremetiendo contra todo lo que no me gusta y sin ningún tipo de falsa diplomacia, hay gente que, sintiéndose los "enviados de Dios Padre" y creyendo que con sus "sabios" consejos me llevarán por "el buen camino" (ternuritas), me recomienda el libro CÓMO GANAR AMIGOS E INFLUIR SOBRE LAS PERSONAS, cuyo autor es DALE CARNEGIE; y que es, por cierto, una porquería. Porque es un tratado que nos dice que para estar bien con todos debemos negarnos a nosotros mismos, convirtiéndonos en unos soberanos idiotas y solo para complacer a otros. Y mire usted: Yo soy el más amigo de los amigos; un excelente anfitrión cuando tengo que serlo y si alguno me necesita (siendo mi amigo claro está), ahí estoy con Él ayudando en lo que pueda; pero nunca voy a negar mis propias convicciones, personalidad y/o forma de pensar para complacer a nadie. Mis amigos, los que deseen serlo, deberán aceptarme como soy o se joden; así nomás. En cuanto a esto de influir sobre las personas… ¿Quién les dijo que me interesa? Mi mayor tesoro es pensar como quiero pensar, decir lo que se me antoja decir y   ser como quiero ser. Quiero pasar por la vida siendo Yo mismo, y no un tonto imitador que esconde lo que siente nomás para que la gente no diga nada. No quiero irme de este mundo con antojos. Quiero y desquiero, amo y odio, me gusta lo que me gusta aunque se considere "raro" o hasta "pecado", y con lo que diga la gente hago un rollo de papel sanitario para hacer con él lo que usted ya sabe.

Ahora bien: Es cierto que por esta forma de ser y de pensar he sido juzgado por mucha gente, y que incluso, algunos de los que antes eran mis amigos ya no lo son; pero Yo vivo contento y sin ningún tipo de estrés. ¿No es eso de mucho más valor que la hipócrita opinión de los que hablan? Que los asustados que se fueron me saluden a su "santa" madre, y que a los que hablan mal de mí con esa misma los entierren; Yo me dedico a vivir. Tengo bien presente que le caigo mal a muchos; tengan esos muchos la seguridad de que no me quitan el sueño. Reconozco su derecho y vivo feliz. Teléfono y WhatsApp: 322 191 10 89.


No hay comentarios:

Publicar un comentario