miércoles, 18 de diciembre de 2019

EL NIÑO QUE NO DEBE ENTRAR A LAS POSADAS ESCOLARES

Ya llegaron las posadas y con ellas, también las controversias. El lunes fui enterado de un asunto que me dejó pensando. Se trata de una mujer cuya creencia es el Satanismo, a la que los maestros la obligaron a enviar a su hija a la posada escolar; pero no conformes con eso, a alguno de los maestros fanáticos y soquetes (como la gran mayoría de los que hoy tenemos enseñando a nuestros hijos) se le ocurrió traer un "niñito Dios" para que los niños lo adoraran. ¡Hágame usted el favor! ¡UN culto de adoración a Dios en plena primaria! Yo les paso que canten villancicos, pero no la adoración; y por supuesto, esto indignó a la mujer que le cuento y vino a mí para ver cuáles son sus derechos y qué puede hacer. Ya le aconsejé y estoy seguro de que pronto interpondrá su queja ante la SEP; pero como le digo, esto me dejó pensando en algo en lo que nadie ha reparado y voy a explicarlo:

 

Dice el Artículo 24 de nuestra Constitución: "Toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado. Esta libertad incluye el derecho de participar, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, en las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley. Nadie podrá utilizar los actos públicos de expresión de esta libertad con fines políticos, de proselitismo o de propaganda política". Y también afirma que: "Los actos religiosos de culto público se celebrarán ordinariamente en los templos. Los que extraordinariamente se celebren fuera de éstos se sujetarán a la ley reglamentaria". Esto significa que es muy respetable la creencia de los maestros; pero cuando van a enseñar deben dejar a sus dioses esperándolos afuera del plantel donde trabajan, y tengan el origen que tengan, aún cuando las posadas ahora sean fiestas del populacho y no fiestas religiosas, debe haber un estricto control en las que se celebran en las escuelas; porque aunque el católico no quiera entenderlo, en México ya no solo hay católicos; también hay protestantes y aunque peguen el grito en el cielo los que van a leerme, también el Satanismo está ya muy extendido y no es ilegal. Los satanistas pagan fielmente sus impuestos, mandan a sus hijos a la escuela como todos los mexicanos, y su creencia debe ser respetada como cualquiera. Obligar a un padre de familia a enviar a sus hijos a las posadas viola su derecho constitucional de creer o no en lo que se le pegue la gana y por el contrario, si el niño protestante o satanista no va, a nadie le hace daño.

 

Pero si además de obligar al padre de familia a participar de lo que no quiere, encima le meten religión con el pretexto de las fiestas navideñas, los idiotas maestros están yendo más allá todavía, violando la separación iglesia Estado. Es, pues, muy necesario estirarles la oreja y hacerles entender que por más contradictorio que les parezca, hay un niño que no puede ni debe entrar a las posadas escolares: El niño Jesús.

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