jueves, 11 de junio de 2020

¡EL BASTONAZO SE AMPARA!

Para lo que quiero comentarle, amable lector, necesito primero darle un breve dato histórico. El 7 de febrero de 1847, el Diputado Local de San Luis Potosí, José Ponciano Arriaga (nombrecitos que antes le ponían a la gente), quien también fue padre de la Constitución de 1857, tuvo el desatino (lo cuál se entiende en aquel tiempo por ser México un país bastante joven que buscaba despegar) de promover una iniciativa llamada Ley de Procuraduría de Pobres. Ya le explicaré más adelante por qué lo considero un desatino, pero por lo pronto sepa usted que este es el antecedente lejano de lo que hoy conocemos como la Defensoría de Oficio, de la Procuraduría Social y en cierto modo, también de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en México. Esto viene a colación porque de ahí, de la historia y el oportunismo político, fue que doña Rosario Piedra Ibarra, Presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, propuso transformar a la CNDH en una "Procuraduría de Pobres". Vamos, si me lo permite, a analizar esta absurda propuesta:

 

La justicia, amable lector, es dar a cada quién lo que merezca y merecer, aunque me brinquen los chairos, no implica tener dinero o no tenerlo. Como ejemplo, llevada esta definición al ámbito de los derechos humanos, diríamos que justicia es dar al gobernante que los viola su castigo y corrección, y al ciudadano al que le fueron violados tales derechos, la debida restitución y respeto que merece, pertenezca a la clase social que sea. Si la Comisión Nacional de Derechos Humanos (que de todas formas no sirve pa nada) se convirtiera en una Procuraduría de Pobres, cuando usted padezca las tropelías de un gobernante y acuda a dicha procuraduría, lo primero que le dirán es: "Déjenos hacerle un estudio socioeconómico para ver si podemos defenderlo o no, porque recuerde que esta es una Procuraduría de Pobres". Luego de hacerle tal estudio, le dirán: "Hemos determinado que en efecto, sí le fueron violados sus derechos; pero no vamos a ayudarle porque su estudio nos arroja que tiene una buena casa, gana bien y no es pobre. Por tanto, esta procuraduría lo dejará a su suerte. Arrégleselas como pueda maldito imperialista". Sin fanatismos tontos le pregunto: ¿En verdad a usted le gustaría que eso pasara en México? A mí no.

 

Amable lector, me considero un mexicano inteligente y consciente y como tal, lo que deseo no es la justicia para el pobre. Por supuesto que tampoco me gusta que al pobre lo hagan menos en los tribunales o cualquier institución de Gobierno, pero eso no implica favorecer al que menos tiene haciéndole más "merecedor" de justicia que a los demás. Entonces, lejos de desear un país en el que se le haga justicia al pobre, deseo uno en el que se le haga justicia a todos; ricos, pobres, hombres y mujeres con discapacidad y sin ella, negros, blancos, indígenas, mestizos o de descendencia europea. ¡Justicia para todos y punto! De modo que quiero hacer del conocimiento público que si tal atrocidad prospera, si esa aberración jurídica llega a ser una realidad en mi México, pienso ampararme contra la decisión y no es por llevarle la contraria al Gobierno Federal, sino porque desde el momento que se plantea convertir la Comisión Nacional de Derechos Humanos en una "Procuraduría de, o Para Pobres", se viola el principio de igualdad contenido en el párrafo primero del Artículo 1º constitucional, que a la letra dice: "En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece." Todo eso sin contar con lo que los mismos tratados citados por la Constitución dicen al respecto.

 

Lo dijo en el marco del treinta aniversario de la CNDH y se entiende que tal vez quería sus cinco minutos de fama; aunque no creo que la propuesta que doña Rosario hizo avance mucho, si avanza ya estoy listo para desenvainar el bastón. ¿O usted qué opina? Hágame llegar su opinión a los siguientes medios de contacto:

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