lunes, 28 de septiembre de 2020

¿CÓMO DICE QUE DIJO, SEÑOR PRESIDENTE?

Amables lectores, este sábado se cumplieron seis años del borlote en el que cuarenta y tres estudiantes de la normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, desaparecieron después de ser interceptados por la policía debido a que se habían robado unos autobuses, algunos aseguran que para ir a protestar en el informe de la primera dama del municipio, y otros que para ir a la Ciudad de México a protestar por otros muertos; los del dos de octubre de 1968. La historia ya la conocemos; van seis años y nadie ha logrado esclarecer qué fue lo que realmente sucedió, aunque una cosa es segura: Están muertos y, aunque a los padres les duela (y a los simpatizantes del peje les arda) hay que decir la verdad, y la verdad es que no sabremos nada más. Sin embargo, hay puntos sobre el tema que sí debemos analizar.

 

Primero: ¿Los estudiantes están muertos, muy probablemente desde ese mismo día o a más tardar desde el siguiente. ¿Qué justicia buscan sus padres? Porque el Presidente podrá pedir disculpas, aprehender militares (que serán chivos expiatorios porque con este "informe" quedó claro que Andrés Manuel no sabe una jodida) y hasta reconocer, en nombre del Estado, que fue una soberana tropelía matarlos; pero con eso no podrá regresarlos a la vida y, sin embargo, en las marchas que se han hecho para protestar por lo sucedido, el grito es: "¡Vivos se los llevaron y vivos los queremos!" Y Yo me pregunto: ¿De veras? ¿Son los chairos tan imbéciles como para pedir que el Gobierno los resucite? ¿Será este el mismo sentir de los padres de los normalistas o qué piden ellos?

 

Segundo: El drama social colectivo pinta a los normalistas como "blancas palomas" que fueron asesinadas por "un Gobierno represor"; sin embargo, recordemos que, si la policía los interceptó, fue porque habían secuestrado camiones, y no por ir cantando la guadalupana por la calle; es decir, habían cometido un delito y, por tanto, no fueron "atacados" por la policía como aseguran los chantajistas chairos, sino que fueron interceptados con justa razón. Si usted se roba algo, lo meten al bote; ¿por qué no habría de pasar lo mismo con esta gente? ¡Se habían llevado a la brava los camiones! A ver, si tantas ganas tenían de ir a protestar, ¿por qué no compraron su pasaje? Dejemos de suavizar las cosas. ¡No lo compraron porque eran una bola de porros enfermos, y socialmente resentidos! De esos que van a las marchas a desahogar sus propias frustraciones. No hay más. Claro que ese no era motivo para matarlos; pero de eso a que sean unos "pobres mártires" hay mucha diferencia.

 

Tercero: ¿Qué justicia es la que el Presidente se ha comprometido a hacer? Se reúne con los padres de los normalistas para decir nada, o por lo menos nada que ellos no hayan escuchado antes; se lamenta, habla de que las pruebas que las autoridades del sexenio pasado presentaron son falsas, pero no presenta otras nuevas que lo avalen; asegura que ocultaron información, pero no sabe cuál ni puede decirnos dónde están los normalistas desaparecidos. O sea: "Lo que se dijo en el sexenio pasado sobre el tema es mentira, pero no sé decirles por qué. Así que voy a mandar agarrar algunos militares y de paso, por ahí señalo de corrupto a alguno para que ustedes sientan que hay avances". Entiendo por qué los padres de los normalistas salieron desilusionados. ¿Qué pueden esperar?

 

En resumen, aquellos que pensaron que el informe de Andrés Manuel nos dejaría atónitos, volvieron a equivocarse; los padres de los normalistas están siendo usados, como siempre lo han sido, para engordarle el caldo a un Presidente inepto que no ha sabido cumplir ninguna de sus promesas de campaña, y mucho menos gobernar al país. Para esos informes, mejor que se quede callado.

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