CARTA A SANTA

Querido SANTA; YO ni me he
portado bien, ni tampoco he querido, y lo peor del asunto es que hasta lo digo
con ese orgullo… Pero en fin, volvamos al tema. Te decía que, además, no he
hecho ningún mérito para escribir cartitas y menos pidiendo algo para mí. Con
todo eso, no dudes de mi poca vergüenza y aguanta vara cuando te llegue mi
petición. Pero por ahora, te escribo pidiendo en nombre de un MÉXICO
enceguecido por la pobre idiosincrasia que tiene, para que nos traigas de ser
posible lo siguiente:

Primero, un taladro con el que
podamos abrirle la mente al mexicano, para que deje de creerse los cuentos
chinos de TELEVISA y TVAZTECA, en los que se nos enseña que tenemos que ser la
alfombra de todos. Que ser humilde es agachar la cabeza ante todos y que, la
pobreza, es el camino al cielo. Si pudiéramos abrirle la mente al mexicano, le
enseñaríamos que “bienaventurados los pobres en espíritu”, no significa que no
haya qué ser rico en dinero, sino que más bien, hay qué ser rico en buenas
obras y que para ellas, hay qué tener dinero.

Segundo, algo que nos ayude a
quitarle al mexicano la venda de los ojos, de modo que entienda que: 1.- Es una
soberana estupidez quejarse de un gobierno al que, ellos mismos, sabiendo por
quién votaban, pusieron en el poder. 2.- Que ni los curas ni las monjas, ni los
pastores ni rabinos, ni los ancianos ni el loco apóstol de la LUZ DEL MUNDO, son
tan santos como nos dicen, que el cielo no se gana con lágrimas ni con
sacrificios y que DIOS, a quien MÉXICO dice conocer, no es el que dicen que es.
Y 3.- Un sistema educativo en el que, lejos de enseñar estúpidas fórmulas algebraicas,
enseñen al niño educación financiera desde pequeño. En el que el alumno aprenda
de los errores de la historia y deje de aprender a idealizar a los héroes del
pasado.

En verdad, querido SANTA, pienso
que si nos puedes traer esto, nos darás el mejor regalo de navidad en siglos.
Atentamente, OMAR ARCE EL BASTONAZO.

Posdata; si aduana no te deja pasar
estas cosas, ya mejor ni lo intentes. Te llevará toda la temporada convencerlos
y te aseguro que no lograrás nada.