La semana pasada, amable lector, el Senado De La República aprobó con
99 votos a favor, ninguno en contra, y sin abstenciones, la
desaparición de las juntas federales y locales de conciliación y
arbitraje para dar paso a la creación de los juzgados de lo laboral,
como en mi opinión personal debió haber sido desde 1917. Hablemos de
este tema y de lo que implica, porque para ser sinceros, lo que la
televisión le dice al pueblo no es suficiente y quiero explicarlo por
si alguno quedó con dudas. Ah, y si alguno quedó con dudas después de
esto, que me llame con toda confianza.
Primero es necesario aclarar que aunque se diga que ahora la justicia
será más efectiva por quedar en manos del Poder Judicial, la verdad es
que no es así, y esto porque la corrupción, lentitud en la impartición
de justicia y burocracia administrativa se hallan en los tres poderes
de la unión, y en los tres niveles de gobierno; así que a mí que no me
canten esa de que la justicia laboral será mejor impartida. Sin
embargo, sí hay qué aplaudir la desición del Senado, porque hasta
ahora, la justicia laboral es impartida por gente que según Yo, no
tiene la misma preparación de un juez. ¿Por qué? Muy sencillo:
Mientras un juez de lo civil, penal o mercantil tiene qué hacer
carrera en el Poder Judicial, y presentar un examen de oposición para
poder llegar a ser juez (o al menos así dice la ley), el Presidente de
una junta de conciliación y arbitraje es nombrado por el Presidente de
la República en el caso de la federal, o por el Gobernador del estado
en el caso de la local (lo cuál ya implica un problema porque entra el
compadrazgo), y sólo se les pide cumplir los siguientes requisitos:
"Ser mexicano por nacimiento que no adquiera otra nacionalidad, mayor
de treinta años y estar en pleno goce y ejercicio de sus derechos
civiles y políticos; tener título legalmente expedido de abogado o
licenciado en derecho y haber obtenido de la autoridad competente la
patente de ejercicio; tener cinco años de ejercicio profesional,
posteriores a la fecha de adquisición del título; tener experiencia en
la materia y haberse distinguido en estudios de derecho del trabajo y
de la seguridad social; no ser ministro de culto; y gozar de buena
reputación y no haber sido condenado por delito intencional sancionado
con pena privativa de la libertad".
Ahora déjeme preguntarle: ¿En los requisitos que les piden les ve
usted la preparación por algún lado? Por más estudios del Derecho
Laboral que hayan hecho, Yo no se las encuentro; porque además de
conocer la materia, cualquier impartidor de justicia debe conocer
también la Hermenéutica y otros estudios en los que un juez debe saber
aplicarse. Los requisitos que se les solicitan, son más bien para un
actuario o notificador que para el Presidente de una Junta De
Conciliación y Arbitraje cuya responsabilidad es más grande. Quiero
suponer, y ojalá se les haya ocurrido, que quienes sean nombrados como
Jueces De Lo Laboral presentarán un examen de oposición, y acreditarán
estudios y una preparación superiores a la de uno; de otra manera
estaremos cayendo en los mismos vicios que, según parece, se pretende
erradicar en materia laboral.
CONSULTAS GRATIS
Y como cada lunes le dejo la invitación para que si usted, alguno de
sus familiares o amigos tiene problemas legales, me llamen al 044 322
19 1 10 89, o al 01 55 71 57 03 63, desde las nueve de la mañana de
hoy para solicitar una de las cinco consultas que ofrezco totalmente
gratis para mis lectores como un regalo y agradecimiento por su
constancia en la lectura de este espacio que, dicho sea de paso, es
suyo. Yo nomás hablo de lo que se comenta, e inquieta al pueblo; pero
es usted con sus amables comentarios el que hace esta columna, y el
que también la patrocina porque el día que el pueblo deje de leerme (o
el Director de este diario me cante Las Golondrinas), ese día me voy
con mi música a otra parte; de otra forma, al Bastonazo nomás la
Muerte lo jubila. Espero, pues, sus llamadas para que aprovechen las
consultas que ofrezco, y dicho esto, que tengan todos un excelente
inicio de semana.
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