miércoles, 14 de noviembre de 2018

A LOS HONDUREÑOS LO QUE SOBRE

; pero al Gobierno de la República, y a los gobiernos estatales, les dio el asqueroso síndrome de las familias moralistas: Hacen lo que sea por quedar bien afuera, aunque su propia casa se les esté cayendo a pedazos y con todo respeto, si la idea es no verse mal, están logrando todo lo contrario.

Amables lectores, es cierto que el asunto de la caravana de berrinchudos y malagradecidos hondureños tiene importancia porque, nos guste o no, si algo les pasa por acá los maricones de los de Derechos Humanos culparán al país; pero no puede tener más importancia que la desgracia de nuestros propios paisanos de Nayarit, que fueron azotados por el huracán Willa y que hasta la fecha, no han recibido ayuda de nuestros flamantes gobernantes. Porque dígame: ¿Ha ido nuestro Presidente a llevar ayuda a los damnificados? ¿La ha mandado? ¿Y dónde está el Gobernador de Nayarit? Si aquella gente ha recibido ayuda, ha sido porque la sociedad se organizó y la llevó, muy a pesar de los policías que no querían dejar pasar a quienes hacían el esfuerzo de llevar comida, ropa, medicinas y cobijas a nuestros paisanos en desgracia. Los gobernantes (incluyendo aquí a Andrés Manuel López obrador que no es gobernante pero es bueno para ejercer el poder antes de tiempo cuando se trata de sus propios intereses), no han movido un dedo para ayudar a nadie; y Yo, por más criticado que he sido por algunas amistades, (y califíquenme de "trumpiano", "hitleriano" o lo que mejor les parezca), digo y sostengo que primero está nuestra gente y después, si sobra, los hondureños. "¡Pero qué mala cabeza eres Omar! ¿No son humanos como nosotros?" Sí, nomás que hay diferencia y se la voy a explicar para que deje usted también de dramatizar:

Los hondureños se lanzaron a la aventura porque en vez de tener las agallas para reclamar a su Gobierno por la pobreza y los peligros en los que los tienen, decidieron tenerlas para cruzar nuestro país con todo y niños (vaya locura), con la idea de llegar a los Estados Unidos; donde por cierto, además de que ya los están esperando para cazarlos, no tienen la certeza de un futuro mejor porque en caso de poder entrar, serán ilegales y sufrirán en dólares como sufren también mis compatriotas allá. Nuestra gente, en cambio, no decidió que el huracán llegara a su tierra ni pidió quedarse en la ruina. Ahora bien, si el Gobierno en sus tres niveles hubiera sido tan generoso con nuestra propia gente como lo está siendo con la caravana, uno diría que está bien; pero si se toma lo que los mexicanos en desgracia están necesitando para dárselo a los extraños, entonces sí que hay que protestar y fuerte; porque por más conmovedoras que sean las imágenes de los hondureños cruzando el país, ellos decidieron su suerte. ¿O usted tomaría el pan de sus hijos para dárselo a los hijos de otra? ¡Claro que no! Pero eso, precisamente, es lo que nuestro gobierno hace. ¿Qué le parece?

Candil de la calle y oscuridad de la casa; así podría Yo definir la actitud de nuestro Gobierno. Muchas veces los políticos se han molestado por mi forma de decirles lo desgraciados que son, pero ya saben que la misma se sacan; así que dejen de recomendarme que sea más "diplomático" y pónganse a trabajar, bola de huevones. Ahora dizque "muy hermanos del mundo" y "muy progresistas". ¿No? WhatsApp: 322 191 10 89.


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