lunes, 12 de noviembre de 2018

¿QUÉ TAN BUENO ES EL "BUEN FIN"?

Ya viene la octava edición del Buen Fin y como siempre, aquellos que gustan de ver en todo al "diablo del capitalismo" nos aconsejan que no participemos. ¿Pero qué tan bueno o malo puede ser? Vamos platicando.

Primero, es necesario que entendamos qué es el Buen Fin; porque nunca falta el chillón socialista que asegura que "se trata de una estrategia para hacer que el pobre del obrero gaste su aguinaldo", pero no es, o al menos no debería ser así y si eso sucede, con todo respeto, no es culpa del empresario sino del trabajador. Sé que al decir esto los chairos resentidos con la sociedad van a criticarme; pero al menos lean lo que tengo que decir antes de lanzarse a mariconear en las redes sociales por lo que digo.

El Buen Fin son cuatro días en los que las empresas ofrecen promociones y descuentos para que las familias mexicanas puedan satisfacer sus necesidades. Esto ya nos dice dos cosas: 1. Es para personas que tienen efectivo disponible y No para quienes buscan una ocasión para endeudarse a lo tonto; y 2. Es para comprar lo que necesitamos, y no lo que deseamos; que muchas veces son dos cosas muy distintas. De modo que en estos cuatro días, solo el mexicano inteligente sabe invertir sabiamente su dinero. Le voy a poner un ejemplo: Un amigo mío quería comprarse un celular que costaba 1300 pesos, pero solo tenía 1000; en eso se atraviesa el Buen Fin y cuando fue a ver si podía comprar su teléfono a un precio más barato, lo halló en 800. Lo compró de inmediato y el celular fue suyo desde ese momento. ¡Esa sí que fue una compra muy sabia! Para Él, el Buen Fin resultó rentable porque con 800 pesos pudo comprar algo que en cualquier otra época del año le habría costado 1300. No buscó una promoción para pagar a 3, 6 o 18 meses; buscó la mejor oferta, que es lo que debe hacerse. Se quedó con el equipo. Ese sí que fue un ahorro auténtico de 500 pesotes que luego le servirían para cualquier otra cosa.

Pero en cambio, otro de mis conocidos necesitaba una computadora; se fue durante el mismo Buen fin a un centro comercial y encontró la que quería. El problema fue que aunque tenía el billete y podía desembolsarlo en ese mismo instante si quería, pensó que pagando "cien pesitos semanales" se ahorraba una lana que podía utilizar ahí mismo para comprar otras cosas; así que decidió caer en una de esas tentaciones de las que usted como consumidor tiene que cuidarse. En vez de pagar con el efectivo que traía y quedarse con el equipo sin deudas, aceptó un crédito a 18 meses para pagarlo. Para Él, este Buen Fin no fue rentable ni aprovechable porque por más tentadora que sea la oferta de pagar a 18 meses, acabará pagando más de lo que vale el equipo sin que sea suyo porque lo debe, y para colmo, cuando lo acabe de pagar tal vez ya la computadora ni sirva, o haya requerido de mantenimiento costoso. Eso sin contar con que un pago de "100 pesitos semanales" es un pago de 400 pesotes mensuales. No entiendo cómo el mexicano nunca piensa en eso antes de encharcarse de ese modo.

Amables lectores, Yo no digo que los empresarios sean unas monjas de la caridad; pero la responsabilidad de invertir sabiamente el dinero que tanto trabajo nos cuesta ganar, es nuestra y de nadie más. Tanto peca el que mata la vaca como el que le jala la pata y en ese sentido, la gente que se siente trasquilada durante el buen fin debería examinarse para ver quién fue el que realmente tuvo la culpa. La regla para que no le vaya mal es bien sencilla, y aplica no solo para el Buen Fin, sino para todo el año: Si no tiene lana, no compre. Le aseguro que se evitará muchos dolores de cabeza. WhatsApp: 322 191 10 89.


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