lunes, 12 de noviembre de 2018

INCONVENIENTES DEL PERRO GUÍA

Nadie discute el beneficio que resulta para las personas ciegas de tener un perro guía; el problema es que el perro, con todo y que realiza un excelente trabajo, sigue siendo un animal y por consecuencia tiene también sus inconvenientes a la hora de la integración social y laboral de las personas con discapacidad visual.

Sí, sé que al leer esto los ciegos usuarios de perros de asistencia querrán crucificarme; pero este tema debe tratarse porque independientemente de lo que digan las leyes, nadie puede ser obligado a lo que no le gusta; y si bien es cierto que la sociedad debe ser tolerante, también a la persona ciega le toca colaborar un poco y entender que el animal no cabe en todas partes. Conocí el caso de un masajista que en su consultorio tenía siempre a su perro guía; como usted debe saberlo, amable lector, para darnos un masaje hay que desnudarnos y ponernos una bata. Pues bien, un día vino al consultorio una persona que no estuvo dispuesta a desnudarse para el masaje debido a la presencia del perro, la cuál, decía Ella con justa razón, es antihigiénica en un consultorio donde lo que debe reinar es la limpieza. Por supuesto que no se dio el masaje, y no solo eso; sino que además ya jamás volvió a considerar la idea de ir a ese consultorio. El ciego, bastante enojado, se quejaba conmigo alegando que eso había sido "discriminación", cuando en realidad se trata de un asunto de higiene. ¿Exageró la clienta? Tal vez; pero aquí el vendedor, el que ofrece el servicio es el ciego y en ese orden de ideas, fue Él el que salió perdiendo. La señora fue y buscó otro masajista; el ciego en cambio perdió un cliente por aferrarse con uñas y dientes a su derecho de tener un perro guía, que es también muy justo; pero que le hará perder más clientes todavía.

Algo parecido sucede cuando algunos restaurantes no permiten la entrada de perros de asistencia a sus locales; a simple vista parece una medida injusta porque, en efecto, el ciego tiene derecho a entrar y salir con el medio que ha elegido para ser guiado. El problema es que también del otro lado, del lado del empresario, hay derechos que respetar y debemos entender que los pelos del perro podrían volar al plato de algún cliente, provocando la justificada molestia y por consecuencia, la pérdida del mismo para el restaurante. Eso sin contar con que hay gente demasiado escrupulosa que, aunque usted no lo crea, no comería en presencia de un perro. Entonces, desde mi punto de vista no se trata de discriminación como alegan enfurecidos los usuarios del perro guía; es, más bien, una cuestión de higiene y buena presentación, y la verdad es que el empresario, siendo tan frío y calculador no ha sabido defenderse ante la imposición de la ley.

En conclusión: Algo que muchas personas ciegas no entienden es que la imagen sí es importante, y no porque no veamos vamos a dejar de cuidarla. El cliente que no desea darse un masaje en presencia del perro tiene la razón; el empresario debe cuidar la imagen de su negocio y si la presencia de un perro le perjudica, es lógico, aunque no sea justo, que intente prohibir la presencia del animal en sus instalaciones. El ciego, por tanto, debe dejar sus resentimientos sociales y entender que el perro sigue siendo perro por más educado que sea, y que no puede, es más, en mi opinión ni debe entrar a todas partes. WhatsApp: 322 191 10 89.


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