Ante la declaración del Presidente de que la revista Proceso no se ha portado bien con Él nomás por cuestionar lo que hace mal, es necesario reflexionar sobre algunos puntos interesantes respecto del periodismo y es que, para los políticos, sean del partido que fueren, "portarse bien" significa aplaudir sin reservas lo que desde el Gobierno en turno se hace. Pero a ver, vamos hablándonos a calzón quitado:
En primer lugar, y les va a sonar duro a los chairos, el "dios" de los nacos, o sea el Presidente, debe entender que el papel del periodista, sea este de los que informan como los reporteros y presentadores de noticias, o de los que opinamos como los columnistas y editorialistas, no es andarle lamiendo las talegas a los gobernantes. Eso es, en efecto, lo que a todos ellos les gustaría; más aún al viejito intolerante y berrinchudo de Andrés Manuel. No obstante, debo ser clarísimo y decir que el periodista debe hacer sus desmadres porque si no, pues no lo sería. No me refiero a la calumnia o a reportajes sin fundamento; me refiero a que aunque es cierto que la relación entre políticos y periodistas debe ser buena porque como dijera el chairo arrepentido de Jorge Ramos, "ambos se necesitan", no debe ser tan cercana como para que el informador u opinador pierda la objetividad y lo alabe como se hace con Jesús en una iglesia cristiana. Al gobernante hay que darle duro, porque se requiere un contrapeso para equilibrar la balanza, y más con un hombre que es considerado "casi dios" por sus fanáticos seguidores.
En segundo lugar, el Presidente dice que en el pasado los periodistas estuvieron siempre callados ante las andanadas del Gobierno; sin embargo, aquí valdría la pena preguntarnos cuánto tiempo llevamos escuchando de asesinatos a periodistas por decir lo que hay, y esto, amable lector, lo hizo el PRI, lo hizo el PAN y por lo que parece, lo hará también el "santísimo" y "puro" MORENA. La misma revista Proceso, en el espacio del columnista Jorge Carrasco Araizaga, consigna que: "No hay ni ha existido comodidad alguna, como pretende confundir el presidente. La clase política mexicana ha estado lejos de honrar los principios internacionales de la libertad de expresión". Y añade: En tiempos en que se han incrementado los asesinatos, desaparición y amenazas contra periodistas desde el año 2000 -la gran paradoja del cambio del poder en la presidencia- las descalificaciones a la prensa y los llamados a "portarse bien" por parte del presidente López Obrador exacerban esa hostilidad".
De modo que, como siempre, al llamar a los periodistas a "portarse bien", nuestro Presidente está perdiendo el tiempo; arreglando "broncas" sin importancia. Por mi parte, y aunque los chairos dispongan de "otros datos", cuando se requiere Yo les he dado a todos por igual, incluyendo al partido en el que todavía milito que es el PRI; donde me he ganado algunas antipatías por decir claramente lo que pienso, aunque la verdad me tienen sin cuidado. Pero aprovecho para dejar claro que si ser "malportado" es decirle al político sus verdades, Yo soy uno y lo seguiré siendo; voy a darles con el bastón en el lomo hasta que la muerte venga y me lo quite. Quedan advertidos.
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