Decía Cantinflas, amable lector, que "si el trabajo fuera bueno ya los ricos lo habrían acaparado". ¿Y sabe qué? Yo creo que tenía mucha razón. "¡Pero cómo Omar! ¿Ahora nos vas a decir que trabajar es malo?" Lea y juzgue lo que voy a contarle y luego me dice.
Primero y para poder entender bien lo que voy a exponerle, es necesario que entendamos que el concepto de empleo o trabajo no vino porque la humanidad haya evolucionado, y haya entendido que la esclavitud era cruel; la verdad nadie da paso sin guarache y el concepto del trabajo vino cuando el amo se dio cuenta de que la esclavitud ya no le era muy rentable. Era Él quien tenía que darles de comer a los esclavos, además de mantener también a sus familias; y por si fuera poco, darles servicios de salud y vivienda (aunque pobremente y en malísimas condiciones). Esto costaba dinero; así que los patrones y el Gobierno dijeron: "Mejor le decimos que ya no es esclavo, le hacemos creer que es libre y para eso le estableceremos una jornada de trabajo en la que le exigiremos todo de sí; le pagaremos por su labor un sueldo miserable para que sea Él, y no nosotros, quien se pague sus cosas; pero que dependa del trabajo que le damos para pagárselas". Así nació, y eso es en resumidas cuentas, el concepto de empleo o trabajo; una esclavitud que no parece, pero que sigue teniendo atado al obrero con la ilusión de que "ahora es libre". ¿Le gusta? Pues respire un momento, porque hay más.
Como el acuerdo fue entre gobernantes y patrones, poco a poco se fueron reconociendo los derechos del trabajador; pero solo para que los esclavos modernos, o sea los obreros, no se siguieran revelando. Para seguir con la ilusión de la libertad, se inventaron un sistema de salud pública que, para acabarla de joder, no es pagada por el patrón; sino que usted pone una parte, el patrón otra y el gobierno otra, y que es lo que en México conocemos como "Instituto Mexicano del Seguro Social"; que por cierto, a pesar de ser pagado por trabajadores, patrones y Gobierno, no saca un puerco de un atolladero. La zanahoria que hace andar al burro (entiéndase al obrero), es una jubilación que muy pocos alcanzan porque hasta el sistema de jubilaciones está diseñado para que muy pocos lleguen a disfrutarlo. Por si fuera poco, luego vinieron los institutos de la vivienda como INFONAVIT; que permite al trabajador endeudarse con una casa a pagarse dentro de treinta años, garantizando así que el obrero no renuncie a la chamba ni emprenda nada por su cuenta. ¿Cómo ve?
Pero amable lector, lo sorprendente de todo esto es que, tanto en la casa como en la escuela, se nos siga diciendo que debemos estudiar para luego obtener un buen trabajo, y por consecuencia, una buena jubilación, cuando en vez de eso deberían estar enseñando a los niños cómo se crea el dinero. Este dato creo que ya lo compartí en alguna ocasión; pero mientras los niños mexicanos pierden el tiempo en la escuela aprendiendo fechas inútiles como el nacimiento y muerte de quienes nos dieron patria, el niño judío aprende sobre dinero. Cada vez que menciono a los judíos no falta el religioso que me replica que "los judíos mataron a Cristo". Sí; pero mientras usted se raspa las rodillas hincado, suplicándole a ese Cristo para que le ayude, el judío se enriquece en sus empresas. Y digo: No quiero picarle la cresta al religioso; pero si rezar al mexicano no le ha servido de nada y mientras tanto el judío es rico, Yo digo que algo han de saber los judíos sobre dinero. ¿O no?
"¿Pero entonces qué Omar? ¿Renunciamos a nuestro trabajo y dejamos que la familia se muera de hambre?" No; pero esfuércese por capacitarse para emprender algo por su cuenta. La mejor solución que Yo encontré para no trabajar, es hacer lo que me gusta, y eso solo se logra de una forma: Dejando de trabajar para otros. Entienda también que los patrones no son gente mala; son gente que sabe cómo funciona el mundo. ¿Y cómo funciona? Ya se lo he dicho a los chairos: La tierra no es del que la trabaja; es del que tiene dinero para pagar alguien que la trabaje". Piénselo bien y nos leemos en la próxima entrega.
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