Tal como lo consignaba el pasado sábado mi compañero Adolfo Torres, las féminas vallartenses salieron el viernes a manifestarse en contra de los lamentables asesinatos que han ocurrido en nuestra ciudad en contra de mujeres. Esto lo hicieron gritando consignas como "vivas se las llevaron y vivas las queremos", o "no nos cuidan, nos violan". Sobre esta última, me puse a reflexionar: ¿Qué tanta razón habrá en eso?
Bien, pues primero hay que decir, aunque se enojen nuestras amigas las feministas, que no todo es culpa de los machos ni tampoco es que como sociedad no las cuidemos. ¿Quieren que se los demuestre? Voy a darles nomás dos razones por las cuáles ustedes están tan desprotegidas, y aunque sé bien que no van a gustarles, ya saben que la misma se sacan y que como la curiosidad va a picarles, terminarán de leer mi comentario. Bien, aquí vamos:
En primerísimo lugar, hay que decir con todas las letras y aunque luego quieran crucificarme, que ustedes, con su falta de cordura y de prudencia, también tienen algo, no todo, pero algo de responsabilidad por lo que les sucede. Yo estoy más que convencido de que hoy en día las mujeres se acercan a cualquiera, le platican a cualquiera, se suben y hasta se meten con cualquiera con el pretexto de que "los derechos de la mujer son los mismos que los del varón". ¡Y dígales algo para que vea! Luego le salen a uno con que "piensas así porque eres un machista" o "un patán" y cosas por el estilo; pero la verdad, aunque sí soy machista y me vale mangos siete mil veces si a las mujeres les parece o no, duélale a quien le duela incluyendo a las locas y escandalosas fans de la amargada y despechada Paquita la del Barrio y de la prostituta de Jenni Rivera, algunas de las tragedias que a las mujeres les suceden, y que son lamentables por supuesto, son por andar de varetas y nalgas prontas, olvidándose de darse a respetar. En nuestros tiempos hay mucho loco suelto; mujeres y hombres enfermos que buscan desquitar sus frustraciones haciendo daño a otros. Sabiendo todo esto, todavía las chicas de hoy van a fiestas y se empedan hasta perderse; le dan su nombre, dirección y teléfono (además de otras cosillas) al primero que se los pide, conocen a cualquier hijo de vecino y ya quieren irse a vivir con Él y para colmo de males, cuando no las violan o las matan esa misma noche, al paso del tiempo el novio o concubinario comienza a violentarlas y ellas no lo denuncian porque "tienen la esperanza de que un día cambie". Como sea, al final acaban muertas o muy violentadas y entonces sí, hay que pedirle seguridad al Gobierno y "salgamos a gritar hasta que se nos acomoden las hormonas". ¡Hágame usted el favor! ¿Por qué mejor no se cuidan un poquito y se dan a respetar?
En segundo lugar, como dijo cierto político local que luego se retractó por miedo al qué dirán, no hay, y nunca ha habido solidaridad entre ustedes. De hecho, el peor enemigo de la mujer no es el hombre, ni tampoco el machismo; el peor enemigo que ustedes tienen son ustedes mismas; que ni se cuidan ni se protegen entre sí, se joden la vida unas a otras por envidia, por deporte o porque sí, se muerden unas a otras sin misericordia alguna, pero sí son buenísimas para salir de la mano a berrear a la calle en cuanto alguien organiza una marcha para manifestarse. ¡Y dicen que nosotros no las cuidamos! Lamento mucho que haya muertes de mujeres; pero también pongan de su parte. Asuman su responsabilidad, compórtense y dense a respetar, y entonces salgan a pedir.
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