miércoles, 6 de noviembre de 2019

TIRADERO DE DINERO

¿Tomaría usted sus billetes para lanzarlos a la calle donde todo el mundo podría levantarlos y salir corriendo? Pues eso es lo que, según Yo, hacen todos los papás cuando un maestro decide que para el festival de halloween, de la primavera o cualquiera que en el ciclo escolar se le vaya ocurriendo, este le dice: "Te toca venir disfrazado de abejita" o cualquier otra cosa. El niño se emociona pero… ¿Acaso el maestro pensó en la economía del padre de familia? Hablemos un poco sobre esto.

No sé por qué, pero últimamente los huevones maestros le dejan mucha chamba a los padres de familia. Las tareas son tan complicadas e inútiles, que es el padre o madre quien tiene que hacerlas, y eso sin contar con que la misma tarea es un crimen. ¡Sí, así como lo leyó! Los niños no tendrían por qué llevar tarea a la casa porque ya dedicaron por lo menos seis horas a la educación académica. ¿Para qué diablos les dejan tarea después de eso? Pregúnteselo usted a los maestros tan mediocres y flojos que tenemos, o al Secretario de Educación; aquí la idea es que en la escuela ya solo se hacen cosas inútiles y si no, nomás lea lo siguiente:

Los festivales, al menos para los niños, son cosa emocionante; sin embargo, desde que soy adulto y sé lo que es mantener una casa me pregunto: ¿Y de qué sirven? ¿En qué contribuye que un niño se disfrace de vampiro o de diablo en Halloween o de flor y mariposa en primavera? No voy a negar que en el kínder Yo me disfracé muchas veces, pero si se pone a pensar, este fue y sigue siendo dinero tirado a la basura, por varias razones: Primero, porque el disfraz uno se lo pone una vez; después ya nada puede hacerse con él. No es un traje que se pueda volver a usar, ni tampoco es un juguete muy usual en nuestros tiempos; tampoco se puede comer ni poner de adorno en la casa pero peor resulta todavía que muchísimo menos contribuye a la educación financiera o emocional del chamaco. ¿Se da cuenta del gasto inútil? ¡No les enseñan a manejar el dinero pero sí a tirarlo en tonterías! Si no les enseña uno a los niños la cultura del ahorro, por lo menos deberíamos enseñarles a no gastar el dinero a lo tarugo. ¿No sería mejor que en vez de disfraz el niño tuviera un vestido o pantalón nuevo? ¿No sería mejor que con ese dinero le compráramos un juguete con el que al menos pudiera divertirse hasta acabárselo?

Pero no. Los maestros, como excelentes vendedores de mediocridad, ignorancia y espejitos sin valor, lo que hacen es emocionar al niño para que el papá no tenga más remedio que comprar el inútil disfraz; así gozan de un día sin clases, como si no tuvieran ya suficientes. ¡Y me van a perdonar! Pero Yo le pago a un hijo un curso de inglés o de cualquier idioma, o un curso de finanzas personales que es lo que sí va a necesitar en la vida y no aprenderse fechas inútiles o sacar raíces cuadradas por las que nadie va a preguntarle; pero pagarle un disfraz me parece demasiado superficial. Una soberana tontería que no sirve ni contribuye a la formación de un hijo del cuál Yo pudiera sentirme orgulloso. Algunos querrán crucificarme por esto que digo; pero estoy seguro de que los maestros, ya en su papel de padres me entienden muy bien; es solo que no pueden darle patadas al pesebre. En cuanto a los padres de familia, no se enojen. Yo digo todo esto porque El Bastonazo es una columna dirigida a la conciencia y a la voluntad del lector, que señala sin tapujos lo que hay de bueno o de malo en nuestra sociedad; sin embargo, si usted es de los que piensan que sí es algo necesario para el niño, prepárese; porque viene navidad y no le vayan a pedir que el niño vaya vestido de pastorcito. Digo, Yo nomás le aviso.

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