Amables lectores, debo confesarles que encontrar algo importante sobre qué opinar durante esta supuesta pandemia es muy difícil. ¡Todos los medios hablan de muertos y contagiados! Sin embargo, buscándole aquí y allá se puede lograr y mientras me hace efecto el Ketorolaco para que se me quite de una vez el dolor de nalgas por estar tanto tiempo sentado durante esta absurda cuarentena, voy a contarle cómo el Covid 19 también logró parar lo que Francisco vendió como justicia.
Sí, aunque usted no lo crea, el Coronavirus se convirtió para muchos curas pederastas en la salvación que esperaban. Resulta que, según el portal Vatican News, dos altos investigadores del Vaticano enviados por el Papa Francisco I llegarían a México en marzo para recabar datos y testimonios sobre abusos sexuales cometidos por sacerdotes. De acuerdo a un comunicado de la dizque Santa Sede emitido ya hace varias semanas, la misión tendría lugar del 20 al 27 de marzo y la formarían monseñor Charles Scicluna, arzobispo de Malta y secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y monseñor Jordi Bertomeu. Parece que estos dos personajes ya habían estado en Chile donde tuvieron excelentes resultados, o al menos así lo asegura la iglesia; Yo no le sé decir si hubo curas encarcelados por sus crímenes allá. Como sea, las víctimas de curas mexicanos y los familiares de estas estaban muy contentos porque la nunciatura mexicana indicó que durante todos los días en que los enviados del papa Francisco estuvieran en el país, la misión estaría a disposición de los que quisieran contactarla para compartir sus experiencias y por supuesto, les ofrecía también total confidencialidad y privacidad para hacerlo.
Y es que la venida de estos dos personajes sí prometía mucho; no sé si al final acabaría llenando las expectativas de los creyentes, pero al menos eso era lo que decían que pasaría. Yo nunca les creí pero sí pensaba darle fiel seguimiento. La agenda de esta "misión asistencial" como la llamó la iglesia mexicana, era la siguiente: El viernes 20 se mantendría un encuentro con todos los miembros del Episcopado Mexicano en Casa Lago (Cuautitlán, Izcalli), mientras que el lunes 23 (o sea hoy) se reuniría con los Superiores Mayores de Religiosos de México en sus propias dependencias. Durante todos los demás días la misión estaría a disposición de todos aquellos que quisieran contactarla para compartir sus experiencias o para recibir orientación o asistencia. Dichos encuentros se tendrían en la Nunciatura Apostólica y Yo me relamí los labios cuando lo supe.
Ahora bien: ¿En qué quedaría todo esto después de la contingencia? No lo sé; supongo que en lo mismo que hubiera quedado si tales reuniones se hubiesen celebrado. Yo no creo que Francisco se hubiera atrevido a entregar a los curas violadores a la justicia civil y en cambio, sí creo que todo habría quedado en castigos tan "terribles" como el cambio de una parroquia a otra o la expulsión definitiva de la iglesia. Así se han burlado los Papas de sus feligreses y aunque Francisco parezca diferente, la verdad es que el lobo solo cambió de nombre y cara. Como sea, sí sería bueno saber si la misión tiene o tendrá nueva fecha para darle seguimiento. Veamos si es cierto que la iglesia hará justicia, o seguirá encubriendo violadores de niños, adolescentes y señoras, excusándose con argumentos tan estúpidos como el de Fabio Martínez Castilla, arzobispo de la arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, que considera más grave el hecho de que una mujer aborte a que un sacerdote abuse sexualmente de un menor.
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