¡SE INFARTÓ SUSANA CARREÑO!

Doctores iban y venían, tanques de oxígeno, sueros, camillas, enfermeras, todo esto entraba y salía de la SALA DE REGIDORES mientras en la calle, los chillidos de la ambulancia alarmaban aún más a la ciudadanía. SUSANA CARREÑO, se retorcía en el suelo de su cubículo sin que nadie supiera por qué, hasta que atinaron a leer el papel que tenía en las manos.

 

Y YA HABLANDO EN SERIO…

 

El sismo que ayer sacudió a nuestra ciudad, no fue nada comparado con lo que sintió la regidora SUSANA CARREÑO cuando se enteró de que, la COMISIÓN ESTATAL DE LOS DERECHOS HUMANOS, emitió una medida precautoria en la que pide, se le giren instrucciones para que deje de emitir comentarios discriminatorios, y no atente en ningún modo, contra la integridad del popular CARLOS GUSTAVO LÓPEZ GUZMÁN, mejor conocido como PAVÍN. ¡Y aún falta más! El proceso en su contra no ha concluido todavía y esta, es solo una medida a la que la regi tiene 3 días para contestar si la acata o no.

 

Y es que la verdad, Yo jamás habría pensado siquiera que, la que se decía defensora de los más vulnerables, tuviera qué ser llevada ante la CEDH por discriminación. ¡Cómo cambia el poder! ¿Verdad? A penas hace algunos meses, SUSANA se desgalillaba exigiendo una buena conducta de los gobernantes en turno; ahora, cuando es Ella la que gobierna como parte del cuerpo colegiado del AYUNTAMIENTO, el pueblo ha visto quién es realmente aquella paladina de la justicia. A mí nunca pudo hacerme nada y fue lo que le ardió. Nunca le tuve miedo y se lo dije dos que tres veces en este espacio. Pero… ¿Cuántas cabezas habrán rodado, tan solo para que SUSANA no estuviera jorobando en la radio? ¿A cuántos acusó públicamente, nomás porque así se le hinchaba la gana?

 

LE RECETAN TERRAMICINA

 

Por eso, desde que SUSANA llegó al poder, dicen que se acabaron las terramicinas en SERVICIOS MÉDICOS, porque cada vez que leía las columnas que le dedicamos, lueguito salía disparada al baño a… ¡Ya me dio asco! Lo que sí es cierto es que, ahora que es Ella la que está en el gobierno, no solo ha probado un poquito de su propia receta, sino que además, tiene qué aguantar vara de sus críticos, entre ellos, aquel a quien jamás pudo hacerle nada. ¡Yo!