viernes, 24 de agosto de 2018

EL PAÍS DE LOS MILAGROS

A mí no me parece, amable lector, que Andrés Manuel López Obrador quiera resolver los problemas del país a pura consulta pública. Claro que los chairos y enfermos sociales que votaron por Él estarán felices con la decisión; pero Yo no. ¿Y sabe por qué?

Muy simple: Pongamos como ejemplo el asunto del nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México; ahí, definitivamente se requieren profesionales que nos digan las razones por las cuáles sí se puede, o no se puede construir en el lugar que se decidió. Abrir el tema a la consulta pública, sería darle voto al Tuercas, al Mofles, a la comadre mitotera de la esquina, al NINI sirve pa nada, al marihuano PANDILLERO y a todo ese montón de gente loca que ni son ingenieros, ni pilotos, ni tienen vela en ese entierro porque de aviación e ingeniería saben una jodida. Es más: Yo que soy abogado no me atrevería a opinar al respecto porque como dice el dicho: "Zapatero a tus zapatos". A mí pregúnteme de leyes, tratados, o también sobre la mente humana que fue mi primer elección antes de ser licenciado en Derecho; pero si me pregunta de aviación o de ingeniería, o de cualquier materia referente a la construcción de un nuevo aeropuerto, pues la verdad no le sé decir.

Pero a Andrés Manuel, la virgen de Guadalupe le quedó corta; porque en Pejelandia, tan pronto como llegue a gobernar el Peje, México será el país de los milagros y el chairo, de forma automática, es más hasta mágica, se volverá piloto, ingeniero, abogado, contador, arquitecto y cuanta madre, nomás "por ser mexicano"; y por supuesto, tendrá derecho a votar en cuanta consulta pública le pongan, aunque de la materia a tratar sepa una fregada. ¿ya para qué queremos Congreso, Presidencia y Suprema Corte? Los nacos, por los poderes de nuestro Presidente pueden decidirlo todo. ¡No hombre, unos genios!

De por sí creo que el Peje nomás le juega el dedo al pueblo con eso de la consulta; porque finalmente, va a continuar construyendo el aeropuerto donde se había pensado, y lo único que hará es darle la concesión a una empresa para que se encargue del asunto. Así podrá decir que el pueblo votó porque ahí se hiciera, pero que no se hará con dinero público; sino que será una empresa la que pondrá el billete. Dejará a los nacos contentos y creyendo que en verdad México tiene a Cristo por Presidente, y listo, asunto olvidado. Así son los populistas, y lamentablemente para nuestro país, nos gobernará uno. ¿Qué le hacemos?

Y no, amigos chairos; no estoy en contra de mi Presidente porque ya les dije que eso sería un gravísimo error. Más bien, y en un afán de enseñarles un poco sobre lo que es un pésimo gobernante, escribo estos comentarios y quiero concluir diciendo lo siguiente: Si en el asunto del aeropuerto, y en cualquier otro asunto de relevancia para el país López Obrador quisiera de veras una consulta seria, llamaría a todos los profesionales de la materia y se sentaría con ellos a dialogar. ¡Pero con profesionales! No con la nacada del país para preguntarles cosas que no saben y han de disculparme los que se sientan ofendidos; pero pedir buenos consejos implica ir con la persona adecuada para darlos. No voy a ir al panadero a preguntarle sobre joyas, ni al taxista para que me oriente sobre astronomía. Ser mexicano no da derecho a opinar, o al menos no donde se requiere conocimiento especializado. No me jodan.

Dicho esto, que tengan un feliz fin de semana. Nos leemos en la próxima. WhatsApp: 322 191 10 89.



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