lunes, 6 de julio de 2020

TESTIGOS DE JEHOVÁ ACOSAN VÍA TELEFÓNICA

Amable lector, Yo he vivido la molesta experiencia de estar en mi casa un domingo a las ocho de la mañana descansando, y que de pronto los tercos y fanáticos Testigos de Jehová me toquen la puerta como si fueran de la Policía Investigadora para que al abrir me digan que vienen a traerme "buenas noticias", las cuales casi siempre son que el mundo se va a acabar, que Jehová restaurará la tierra o cosas por el estilo. Aunque me sacan de quicio, yo siempre intento ser lo más educado posible; pero… ¿Se imagina usted que ahora le hagan lo mismo por teléfono?

 

El pasado viernes, recibí una llamada de quien se identificó como miembro de dicha iglesia, aunque no dio nunca su nombre de pila. Ya iba a comenzar con su perorata sobre la pandemia, y de cómo Jehová no tenía culpa alguna de ella, cuando le dije secamente: "No quiero nada con el caprichoso y pasionario Jehová de ustedes". Luego añadí en tono de reclamo: "¿De dónde le vino la idea de llamarme?" Se quedó callada por algunos segundos para luego responder: "Como ya no podemos salir a la calle, tomamos al azar del directorio los números telefónicos y llamamos a la gente. Pero dígame: ¿Por qué no quiere nada con Jehová? ¿Es culpa de alguno de nuestros hermanos?" Yo siempre he destacado la educación con la que la mayoría de ellos se conduce, pero también me he reído de la forma en que se me ponen de pechito para pegarles cuando considero la ocasión; y como me pareció que debía decirlo, lo dije: "El problema es con el Jehová de ustedes; es, como dije, caprichoso y pasionario. Para que un dios pueda ser mi Dios, este debe ser superior y no igual a mí; así que le voy a pedir que no vuelva a llamar". Me dijo que estaba bien, pero añadió: "Solo que es probable que otro de nuestros hermanos vuelva a llamarle porque como le dije, tomamos los números del directorio y no guardamos registros". Eso fue lo que me brincó. ¿Por qué?

 

Cuando Yo respondo una llamada, es porque espero algún mensaje importante o por lo menos, que el que me llama sea alguien importante para mí. Respeto a los Testigos de Jehová como respeto a los creyentes de cualquier religión; pero para mí el dios de la iglesia no es importante y la llamada de sus emisarios cuando quieren predicar tampoco. Ese afán que tienen algunas sectas como la de los Testigos de querernos meter a su dios por donde nos quepa, sí que me enoja. La iglesia católica ha cometido millones de barbaridades, pero algo tengo que aplaudirle: No intenta convencer a nadie de su fe. Si Yo no voy a su iglesia ellos no vienen a mi casa; muchos de ellos me condenan por lo que escribo, pero no vienen a mi casa a quererme convencer de arrodillarme ante la virgen. Los Testigos, y otras sectas como la de los cristianos, no solo lo intentan; sino que, si uno no accede, entonces se irá al infierno o como en el caso de los Testigos, no gozaremos de la tierra nueva. Por mí quédense con ella, porque al cabo ya les dije que Yo me voy al infierno. Lo que sí es urgente es que alguien les pare el carro a estos fanáticos que, no conforme con ocasionar molestias a la gente en la calle o en la puerta de la casa, ahora nos llaman por teléfono como si de cosa importante se tratara.

 

En cuanto a mí, y sé que esto no es políticamente correcto, pero Señores Testigos de Jehová, cristianos y miembros de más religiones tercas y fanáticas, no vengan a joder al prójimo. No les he pedido ninguna salvación para mi alma; tampoco he solicitado la amistad de Dios como para que vengan a ofrecérmela; si se trata de joder, vayan a joder a su mamá, por no decírselos en mexicano puro. ¿Qué les diría usted amable lector? Espero sus comentarios.

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