viernes, 28 de agosto de 2020

PRIMERO ES GARANTIZAR LA JUSTICIA

Ayer leí la noticia de que un diputado anda queriendo proponer penas más severas para los delitos sexuales que, dicho sea de paso, sí son muy bajas; pero no creo que subiéndoles la condena a quienes los cometen vayamos a solucionar algo, y voy a explicarle por qué en tres sencillos puntos, dedicándole especial atención al primero.

 

1.       El delito no es causa, sino resultado. Es necesario entender que si existen personas que cometen delitos sexuales, no es porque las penas sean tan bajas, sino porque en esto confluyen varios factores. Pongamos como ejemplo el caso del infortunado Luis Alonso "N". Según consignan medios locales y nacionales, "el 26 de julio, la policía municipal realizaba recorridos de vigilancia en la colonia El Salitrillo, donde lo sorprendieron parado junto a la puerta del copiloto de un Volkswagen Golf, color negro, modelo 2001 y con placas de Jalisco, en el que tenía sometida y desnuda a una niña". De modo que los ciudadanos tenemos que se le encontró con la niña desnuda en su automóvil y que, hasta ahora, está vinculado a proceso por los delitos de abuso sexual infantil y corrupción de menores. Si lo hizo, que lo pague; repito que no estoy justificando a nadie, aunque tampoco lo estoy juzgando porque eso le compete a los jueces. Pero aquí hay preguntas que, ya sea por escrúpulos moralistas, por miedo a las locas feministas o por cualquier otro motivo, nadie se ha hecho, y que Yo, como muchos ciudadanos, sigo teniendo. Ahí le van:

 

De entrada, lo primero que uno se pregunta es: ¿Cómo puede alguien levantar a una niña de diez años y llevársela en su automóvil sin que los padres de esta, o algún vecino lo sepa? ¿Dónde estaban los papás? ¿Qué hacían? ¿Qué andaba haciendo la nena afuera y sola? ¿Cómo fue que los padres no notaron la ausencia de la niña? ¿En qué andaban ellos como para no percatarse de que la nena no estaba? ¿Por qué nadie vio cuando la niña fue levantada? Y ahí le va otra: El DIF recibió a la niña para las valoraciones correspondientes, pero… ¿Inició alguna investigación respecto a la convivencia que Ella tiene con su familia? ¿No despierta en la Procuraduría de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes ninguna sospecha todo esto? ¿Tampoco sospecha nada la Procuraduría Social? Yo no estoy en antecedentes de la carpeta de investigación, ni estoy asegurando nada; mucho menos intento justificar al presunto abusador; lo que expongo aquí son preguntas de la ciudadanía y con las que quiero hacerle ver que no se trata de endurecer las penas, sino de reformar todo nuestro sistema, e implementar mecanismos legales para poder llegar al fondo del asunto. Es decir, en vez de leyes más duras, tener un sistema que nos permita castigar, tanto al que cometió el delito como al que lo propició, y en este, como en todos los casos de abusos sexuales, violaciones y demás, el fondo del asunto no debería ser solo el delito.

 

2.       Nadie que se haya propuesto cometer un delito teme a las condenas largas. Yo no conozco a ningún delincuente que diga: "Como ya subieron las penas, voy a dejar de robar, matar o violar". Cualquier delincuente sabe que si lo pescan irá a la cárcel, y que la sentencia por cometer algunos delitos no alcanza ningún beneficio; sin embargo, estos delitos siguen cometiéndose. ¿Qué nos dice esto? Que, si vamos a reformar leyes, no es el Código Penal donde hay que poner el ojo primero y esto nos lleva al siguiente punto.

 

3.       Imponer penas más severas, no significa que la justicia esté garantizada. Me gusta mucho el libro "El Profeta", de Gibrán Khalil, y más la parte donde se lee lo siguiente: "Dijo, entonces, un abogado. Pero, ¿qué nos decís de nuestras Leyes, maestro? Y él respondió: Os deleitáis dictando leyes. Y, no obstante, gozáis más violándolas. Como los niños que juegan a la orilla del océano y levantan, con constancia, torres de arena y, con risas, las destruyen luego". Podemos reformar el Código Penal y poner que "al que cometa el delito de violación se le impondrán quince años de prisión" si ustedes quieren; pero eso no va a garantizar que en todos los juicios se cumpla porque el mexicano es corrupto por naturaleza. Siempre habrá uno que cometa, o intente cometer alguna tropelía como en el caso de quien primero fuera Juez de Control en el caso que para ejemplificar le he citado, y es aquí donde también entramos nosotros los abogados, que debemos estar siempre bien capacitados para poder responder.

 

Como conclusión puedo decir entonces lo siguiente: No confundamos una larga condena con un acto de justicia. Antes de lo primero, es preciso trabajar en lo segundo. Hay gente que ha estado en la cárcel por veinte años, pero era inocente.

 

AVISO IMPORTANTE

 

Por cuestiones personales, su amigo Omar Arce no escribirá la semana que viene. Ofrezco una disculpa a los amables lectores del Siempre Libres, y de http://aquiestaelbastonazo.blogspot.com. Nos leemos el lunes siete de septiembre, si para entonces la muerte no ha venido a quitarme el bastón y el de hasta arriba me sigue prestando licencia.

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