De un tiempo a la fecha, amable lector, escucho la quejadera entre los ciegos de toda la república porque tal como "Lopitos" se los prometió, en el mes de Enero se les dio una tarjeta para que pudieran retirar cada bimestre la cantidad de 1274 pesos como una ayuda (para pedinches y limosneros) con la que, según esto, "se erradicaría la pobreza" entre las personas que conforman este sector; el problema es que si bien es cierto que la tarjetita llegó, el dinero todavía no y la gente sigue esperando con la inocente creencia de que cuando les depositen, les pagarán los meses que hasta ahora les deben. ¡Ternuritas! No me hagan llorar. Mejor pongamos los puntos en claro:
Se escuchaba muy bonito y creo que ganó muchos votos con esto: "Un millón de personas con discapacidad recibirán la cantidad de 1274 pesos bimestrales". Como mi ingenuo país es eso, ingenuo, se enterneció con la idea de que con esto las personas con discapacidad vivirían mejor; sin embargo, si usted se pone a echarle coco, este dinero no sirve ni para limpiarse uno el trasero y además, induce a la mendicidad institucional; ya que la estúpida doctrina del Peje es que "el Gobierno debe darnos y mantenernos", idea que muchas de estas personas con discapacidad que son huevonas, mediocres y pedinches, no dudaron en creerse con tal de no producir sus propios recursos. Pero bueno, la propuesta de campaña pegó duro y los chairos decidieron que querían un Gobierno paternalista que les diera; ahora el problema es que no les da nada y no sabe cuánto me alegro. ¡Y no amable lector! No es porque Yo sea mala leche. Lo que pasa es que me da gusto que finalmente la vida les obligue a buscarle y ganarse su propia lana en vez de andar esperando miserables dádivas institucionales que solo contribuyen a hacerles más viciosos de lo que muchos son. Eso no nos dignifica y por el contrario, nos sigue dibujando ante la sociedad como unos pordioseros. Recibir una ayuda de la familia cuando se nos atora la carreta es bueno; esperar que el Gobierno nos mantenga es de flojos y resentidos sociales que piensan que el rico tiene la culpa de sus problemas, cuando en este espacio he dicho y reiterado que más bien, sus problemas tienen que ver con la falta de una buena administración.
Ahora bien, Yo no digo que el Gobierno no quiera darles; si precisamente como Yo decía, la doctrina del Peje es que "los pobres son el pueblo bueno y los ricos son corruptos y mala gente". El problema para el Presidente, y Yo lo señalé desde la campaña, es que aunque quiera darles a todos no puede y para muestra, nomás vea usted a cuántos programas sociales y servicios con los que los mexicanos contábamos ha desaparecido y a cuántos les ha quitado dinero, con tal de que los chairos reciban su dinerito. ¡Ahora hasta falta de médicos tenemos! ¿Le parece bien? Puede que ahorita sí; pero cuando se enferme y no haya lana para su medicina o para la operación que necesite, entonces me dice.
En resumen, el Presidente y sus tontos seguidores han tenido que aprender sobre la marcha que no es lo mismo jugar al "presidentito" que ser el Presidente de México; o dicho de otro modo: No es lo mismo invocar al diablo que verlo llegar.
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