sábado, 10 de septiembre de 2011

NUNCA OLVIDES QUIÉN ERES

Escuchando de nuevo la película del REY LEÓN 1, meditaba sobre la identidad. Y es que, muchas veces, solemos olvidarnos de quiénes somos y comenzar a hacer cosas que otros hacen y que por alguna razón nos parecieron buenas. Nos parecieron agradables aún cuando nuestros principios nos decían lo contrario, quizás porque solo así congeniábamos con nuestras amistades de las que, por cierto, adoptamos tales hábitos.En la película, vemos cómo el hijo del rey, se deforma al intentar escapar de aquello que no puede solucionar y encontrándose con un puerco y un mono, deja su lugar, el que moralmente le correspondía, para actuar como ellos hasta que se hace grande. Es entonces cuando su pasado le alcanza y, un chango, es quien viene a hacerle reflexionar sobre su verdadero propósito en la vida. Yo siempre he sido criticado por decir que, aquel hombre completo pero sin oficio ni beneficio y que se dedica a pedir dinero en vez de trabajar, no puede en ninguna manera ser como Yo; que soy ciego y trabajo. Cierto que todos los seres humanos somos valiosos. Es solo que, muchos, tal como hace el hijo del rey en la película, dejan ese lugar para comer como cerdos o como monos. Y en verdad hay mucho qué sacar de ese filme pero, por lo pronto, a mí me queda claro que hay cosas en mí que debo cambiar urgentemente.

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