Escribo este comentario mientras tomo el café de la mañana y leo la prensa nacional e internacional. Me encuentro con que mañana se estrena en cines la película Halloween, artículo de la sección de Entretenimiento que llama mi atención. Decido leerlo, y luego comentarles a ustedes, en apenas cuatro párrafos, lo que pienso que será el resultado de semejante osadía por parte de los ejecutivos holliwoodenses.
Desde niño me gustaron las historias de terror. Recuerdo que cuando mi familia y Yo íbamos al pueblo de Mascota o algún otro pueblito a visitar parientes, lo que más disfrutaba era que por la noche y a la luz de una vela (porque recordemos que en los ochentas no había luz en muchas rancherías y poblaciones), ellos contaran historias de muertos y aparecidos mientras bebíamos un delicioso y aromático café con canela. Por eso también me gustaba que llegara la víspera de Halloween y día de muertos; en esos días, las televisoras ofrecían programación de terror y Yo solía estar literalmente pegado al sillón escuchando películas. Pero dejémonos de nostalgias y vamos al tema porque dije que lo haría en cuatro párrafos y ya llevo dos.
En 1978, año en que nací, se estrenó en cines una película que, aunque hecha con un pobre presupuesto de trescientos veinticinco mil dólares , y con actores mundialmente desconocidos, fue éxito de taquilla. Me refiero a Halloween; que además, según he leído fue precursora de las películas sobre asesinos enmascarados y que ya en los ochentas, con su doblaje al español me emocionaba cada vez que la proyectaban en televisión. La historia narra la vida de Michael Myers, quien a la edad de 6 años mata a cuchilladas a su hermana mayor adolescente y es enviado a un hospital psiquiátrico por años, hasta que escapa y va en busca de su hermana menor Laurie Strode (Jamie Lee Curtis), quien desconoce el parentesco pues fue adoptada siendo niña por los Strode, la cual ejerce como niñera de dos pequeños en la noche de Halloween; y creo que lo que le dio al filme ese toque de terror, fue realmente que está ambientada en el 31 de Octubre y nada más; porque según mi humilde opinión, no hay nada que pueda considerarse terror en una película sobre asesinos en serie y si acaso, podría ser suspenso debido a que el psicópata va enmascarado; pero como sea, me pareció buena. La idea es que Yo siempre he creído, y además lo he comprobado, que segundas partes nunca son buenas. Considero que un éxito de taquilla no debe volver a tocarse; sino que debe dejársele así para la posteridad. Los "brillantes" ejecutivos de Holliwood, sin embargo, siempre creen poder hacerlo mejor y en 1981 se hizo una segunda parte y luego fueron saliendo más, las cuáles, debo decir sin vergüenza ni pudor, me parecieron una mierda. Llevo tres y no he dicho lo que quiero, pero bien, ahí voy.
Toda esta digresión, tal vez hasta innecesaria, se debe a que mañana se estrenará una secuela más, la cuál se brinca todas las anteriores y parece, más bien, una continuación de la primera. En la mayoría de las películas de la saga, durante años, Laurie fue la víctima, tuvo que luchar por su vida una y otra vez, haciendo todo lo posible para sobrevivir una noche más; pero la historia está por cambiar, porque en este nuevo capítulo de Halloween los papeles se invierten. "Laurie, quien ya es abuela, ya no es exactamente la víctima, ahora va a salir de 'cacería', y está preparada para destruir de una vez por todas, a su propio demonio personal que se niega a morir o a dejarla vivir tranquila". La publicidad promete mucho; ¿Pero saben qué? Sinceramente, y aquí es donde digo que todas las digresiones hechas en este comentario son innecesarias para decir tan poquito, la verdad pienso que la van a defecar. Con todo y eso, iré al cine a concederle el beneficio de la duda. Listo; lo logré. Cuatro párrafos. Hasta la próxima.
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