Aplaudo la forma en que, el pasado lunes, se llevó a cabo la sesión de cabildo. Una sesión por demás aburrida, pero muy beneficiosa para todos los vallartenses, debido a que por primera vez desde el primero de OCTUBRE de 2012, los señores regidores, y el PRESIDENTE MUNICIPAL, se dejaron de bravatas y se portaron como la gente. ¡No se pelearon! ¿Va usted a creer?
¿MADRES DE LA CARIDAD?
A mí, la verdad, se me sigue haciendo demasiado bello para ser real. Han de disculpar mi poca fe, pero todavía no creo tanta dulzura entre todos ellos. Porque nomás pensemos: Por parte de los regidores de oposición hay grandes políticos. Del lado del MOVIMIENTO CIUDADANO… ¿Podrá SUSANA CARREÑO aguantarse las ganas de espetarle a la oposición todas las que les tiene guardadas? ¿Podrá MOCHILAS sostenerse en esa actitud pacífica e incluyente, cuando la tónica de su gobierno siempre ha sido el conflicto y la provocación? Déjeme portarme un poquito como SANTO TOMÁS, y decirle que no lo creo. Si así fuera todo el trienio qué bueno, pero Yo primero necesito que el tiempo nos dé la respuesta.
Debo confesarles, sin embargo, que me divertían más las sesiones donde los del M.C. Armaban sus borlotes. Pero preferible es que se comporten a la altura, aunque durante las sesiones Yo me quede dormido. No es que me guste que se peleen, pero lo que sí quiero advertir es que, el hecho de ser tolerantes e incluyentes, no quiere decir que RAMÓN debe tener el montón de agachados a sus enteras órdenes. De hecho, aunque aplaudo que se hayan portado a la altura, Yo espero que esto no se convierta en un recinto de la caridad en el que todos a coro digan siempre: "Sí señor PRESIDENTE". Porque de ser así, habremos salido de un extremo para entrar a otro en el que, como dice el dicho, con unos cuántos pesos baile cualquier perro. La oposición debe jugar su papel, solo que debe hacerlo con diplomacia y estrategia, y no como suele hacerlo la izquierda mexicana. La oposición debe tener huevos, y debe decir "no" justo cuando tenga qué decirlo, buscando por supuesto no pelearse con nadie, pero ejerciendo su papel de oposición.
Y ya que hablamos de civilidad, convendría también que el ALCALDE RAMÓN GUERRERO hiciera partícipes a sus propios subordinados. Porque bien sabido es que, en su gobierno, hay gente déspota y desgraciada como IGNACIO GUZMÁN, quien nomás les dio largas a los trabajadores, asegurándoles a unos que les pagaría el finiquito tan pronto hubiera dinero, y a otros haciéndoles firmar su renuncia para no pagarles. A todos los hizo tontos, haciéndoles perder el tiempo para que el término para demandar se les pasara. Yo no negocié; Yo lo demandé al siguiente día. De sobra sé quién es don CHETO, como para confiarme en sus hipócritas palabras. De sobra sé que a Él, la única que le jala realmente la rienda y lo controla con la pura mirada, es doña ARACELI, SU VIEJA.
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