jueves, 7 de junio de 2012

NO SUCCIONEN

Hoy, día de la libertad de expresión, quiero comentar sobre el tema pero visto desde otra perspectiva. En días pasados, Los porros callejeros del colectivo YOSOY132, movimiento pagado por LÓPEZ OBRADOR, sacaron un pliego petitorio DE CUYOS puntos hoy quiero discutir uno: Y es que, según estos disque idealistas, en todos los medios de comunicación, debe haber un vigilante de la sociedad civil que nos indique a quienes escribimos, hasta dónde podemos llegar y qué es lo que debemos escribir. ¿No le suena como a COMUNISMO?

Mire; hace algunas semanas, un estudiante de sociología me escribió para expresar su desacuerdo con lo que en este Espacio se dice respecto a política. Pero escribió de tal forma, que Yo podía notar su extremado disgusto por lo que había leído. Y lo que le respondí fue: “Si no te gustan mis comentarios, no los leas”. ¡Lo digo en serio! Yo creo que si usted lee EL BASTONAZO o entra a mi blog desde la internet, es porque le gusta y no porque alguien le pone una pistola en la cabeza. Además, todo aquel que gusta de leerme sabe que hablo mal de los curas, de TELEVISA, del SEGURO SOCIAL, que también hablo de los vicios de esta sociedad y de tantas cosas MÁS. Por supuesto que se vale no estar de acuerdo, y también se vale que me lo diga. Pero si sabiéndolo abre el periódico y busca mi espacio, entonces la culpa ya no es mía si mis opiniones le enferman.

Como sea, volviendo al tema, imagínese al BASTONAZO escribiendo solo lo que le permitan escribir. Claro, sería una columna muy pulcra y decente, pero valdría puro camote. Es lo que les he dicho a algunos medios que quieren contratarme pero con la condición de que no sea tan “combativo: Cuando EL BASTONAZO deje de decir lo que siente, y diga más bien lo que otros quieren que diga, esto se va a la tiznada. Y si en vez de pegar duro y a la cabeza EL BASTONAZO acariciara el lomo de quienes hacen burradas, ya no sería EL BASTONAZO, sino algo así como EL ESPACIO DEL MARICÓN FRUSTRADO o LOS CONSEJOS DE LA DOCTORA CORAZÓN. ¡Pero no! Aquí al corrupto le decimos corrupto, al ratero le gritamos en la cara que eso es lo que es, y no nos andamos tocando el corazón para hacerlo. ¡Ya me viera Yo siguiendo instrucciones de cualquier IMBÉCIL sobre cómo debo dirigirme a usted que hace favor de leerme!

Así que, muchachos del 132, por esta vez y para no herir sus corazones de azúcar, se los diré de la forma más decente que pueda: Por favor… ¡No succionen!

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