Muchos amigos míos, al conversar sobre nuestro arrabalero e ignorante alcalde, se ufanaban diciendo que al menos Él, SAN RAMÓN MÁRTIR, sí cabildeaba en el CONGRESO DEL ESTADO y que eso se traduciría en beneficios para nuestra ciudad. Como siempre que escribo, el tiempo se encargó de descubrirle el pastel al alcalde. Hoy, a mis críticos se les cayeron los huevos porque nunca imaginaron que EL MOCHILAS, llevara al CONGRESO una daga más para clavársela al pueblo de PUERTO VALLARTA.
HASTA SUS SEGUIDORES LO ODIAN
Y es que, ya desde enero, y como un regalo de navidad adelantado desde hoy, usted pagará 14% más de predial gracias al dizque redentor de los pobres, RAMÓN GUERRERO, quien fue a pedirle a los diputados del MOVIMIENTO CIUDADANO que lo propusieran. Aunque bueno, la propuesta inicial era del 48%, luego del 36, para quedarse en 14%. Como sea, esa es otra cínica y desvergonzada burla a los vallartenses que pusieron sus esperanzas en Él y lo que más les cala a sus seguidores, es que todavía el viernes tuvo la cobardía de decir que Él no sabía nada y que todo era cosa de los diputados. Espero que ahora sí, sus seguidores se hayan dado cuenta de la falta de hombría de este ser tan despreciable al que muchos eligieron, tan solo porque iba a darles cemento y láminas para su casa. La ironía es que: 1. No les dará nada y 2. Todavía les aumentó el predial. Síganlo defendiendo.
NO ERAN GANAS DE AYUDAR, SINO EL HAMBRE QUE TRAÍA
Sorprende, sin embargo, que algunos actores sociales dedicados dizque a defender al pobre, no hayan puesto el grito en el cielo como solían hacerlo. Una de todos ellos, es la siempre loca y verdulera SUSANA CARREÑO, quien en otros tiempos ya desde el pasado viernes habría estado dándose sus muy usuales baños de pureza, exigiendo la destitución del alcalde y lanzando pestes y plagas por esa boca de infierno que le caracteriza. ¿Dónde está ahora? Muy sencillo: Ahora está gozando de sus jugosas quincenas, por cortesía del pueblo y gracias al mismo gobierno que se dedica a sangrar a los vallartenses. Esto, nos hace suponer que lo que le ocurría a SUSANA en aquellos tiempos de su noticiero, no era que tuviera ganas de ayudar a la gente, sino el hambre de perro que traía. Y así, el tiempo seguirá dándome la razón.
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