miércoles, 12 de octubre de 2011

HURACÁN JOVA; ERRORES DEL GOBIERNO ESTATAL E HIPOCRESÍAS DE LA GENTE

Ahora con el HURACÁN JOVA, tuve la oportunidad de saber qué tan preparados estamos tanto en el gobierno, como con nuestra gente y principalmente en el ámbito espiritual. Por eso en este artículo abordaré ambos temas.

LA CORREDERA.

En 1938, ORSON WELLES, hizo una adaptación en radio de la novela LA GUERRA DE LOS MUNDOS. Historia de ficción en la que se narran diez aterrizajes de marcianos en la tierra y a la que, no solo le cambió el lugar de dichos aterrizajes sino que además, grabó en formato de noticiero con el fin de divertir a los oyentes. El resultado, fue el de cientos de neoyorkinos saliendo a las calles aterrados, creyendo que lo que en esa radionovela se decía era cierto.

Algo parecido sucedió aquí, en PUERTO VALLARTA, cuando el pasado domingo el gobierno del estado tuvo la brillantísima idea de activar las alarmas de tsunami anunciando que un huracán se acercaba a las costas de JALISCO. ¡Activar las alarmas de tsunami! ¿Se da cuenta de la torpeza de nuestros gobernantes? Y es que, normalmente, la gente no pone atención a lo que se dice a través del sonido de esas alarmas, en primer lugar porque no se les entiende y en segundo, porque por más simulacros que se lleven a cabo, el pánico de verse con el mar encima siempre aterra y nubla los sentidos. Incluyendo al sentido común. Si se activa la alarma de tsunami y no se anunció que habría simulacro, lo más normal, es que la gente se espante y corra. Así que, ahí tenía usted a algunas personas, sacando sus documentos y algunas chivas no muy pesadas para correr al cerro, porque ni entendieron lo que se dijo. Yo opino que, si van a calar las alarmas, por lo menos anúncienlo para que la gente no se asuste ni cometa alguna tontería por el miedo.

HURACÁN JOBA, RETRATA LA HIPOCRESÍA DE LA GENTE.

Y a propósito de miedo, es de risa darse cuenta cómo gente que en su vida se acordaba de la religión, cualquiera que esta religión fuera, ayer corrieran como ratas a sus iglesias para pedir misericordia. Los había desde quienes compraban veladoras para encendérselas a sus santitos, hasta quienes hacían una oración cuando eso ya lo tenían olvidado. Rosarios, veladoras, libritos de oración, novenas, discos de alabanza, predicaciones y biblias, eran las cosas que rifaban desde ayer al medio día cuando se anunció la proximidad de JOBA a las costas mexicanas. ¡Hipócritas! Ojalá se los trague el huracán por embusteros, farsantes y maricas. ¿Ahora sí chillan? ¿Ahora sí piden perdón por sus trácalas? ¡A ver! ¡Ahora sí demuestren quiénes son en verdad! Yo, con o sin huracán, sigo siendo EL BASTONAZO. Lo que escribí escribí y lo que dije dije. No pido perdón porque no me arrepiento de nada y si acaso me tengo qué morir, pues iré a dar cuenta de mis actos y así lo haré, caiga quien caiga y hasta donde tope. Bonito me habría visto yendo a golpearme el pecho y a pedir perdón ayer, cuando sentía el supuesto peligro que dicen algunos que nos amenazaba, para luego seguir siendo el mismo. Si el SEÑOR decide castigarme por lo que soy, que sea por eso y no por hipócrita y mentiroso, y muchísimo menos por maricón.

A esta hora, los efectos del huracán estarán en su apogeo o quizás, hasta se habrán disipado ya. Y me alegra, pues así, entenderán mejor lo que están leyendo.

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