jueves, 13 de octubre de 2011

LA GRAN CAÍDA

Aquella tarde, MÉXICO entero estaba al pendiente de la televisión, pues debatirían cuatro priistas para contender por la candidatura a la presidencia de la república. Su servidor acababa de concluir un curso en la ASOCIACIÓN DE RADIODIFUSORAS DE BAHÍA DE BANDERAS, en el cuál, como examen final, debía presentarme en el noticiero local de una estación de radio para hacer una reseña del debate. No hubo mucho qué decir. Cuatro priistas sacándose las desvergüenzas uno del otro, en una lucha de todos contra todos, en la que los cuatro se olvidaron que eran del mismo color.

Y mientras tanto, un loco ocurrente, un ranchero de botas que hablaba de alimañas, tepocatas y víboras prietas, se ganaba la simpatía del pueblo. Aquel ranchero adinerado, experto en la mercadotecnia, aprovechaba el hastío de los mexicanos y la debilidad y mala imagen que daban los priistas al pelearse en televisión nacional. El resultado no solo lo conocemos sino que, además, muchos lo lamentamos hasta hoy. El PAN, con su loco ocurrente VICENTE FOX, llegó a la presidencia de la república.

Esto viene a colación porque, hace días, leí que el presidente del partido al que orgullosamente pertenezco, el PRI, dijo que la elección del candidato a la presidencia de la república será abierta para que pueda votar la militancia y los simpatizantes del mismo. Y claro, como es lógico, también los municipios podrían seguir la misma pauta para la elección de sus candidatos a las alcaldías como la de PUERTO VALLARTA. Esto nos acerca mucho al error de 1999, cuando los cuatro candidatos, en un afán por congraciarse con el pueblo, se destruyeron uno al otro.

Yo no voy a decir si esto de la elección abierta está bien o está mal. Lo único que sí, ahí les encargo, son las formas a la hora de convencer a la militancia. Si hay precandidatos que tengan qué debatir, no se les olvide que son del mismo color y que representan a un partido. ¡Y no a un partido cualquiera! Representan al partido que le dio instituciones a MÉXICO, por lo cuál, les parezca o no les parezca a los panistas, es invaluable la herencia histórica que nos dejó, (y nos sigue dejando) tanto a nivel nacional como local. Por eso, señores bandidatos, perdón candidatos, cuidemos a nuestro partido. Si van a debatir, que sea para proponer y no para denostar al otro. ¡Y mucho menos ante los medios de comunicación! Yo puedo entender que, como priistas, algunos ya tengamos gallo y hasta opinemos sobre el contrario. No así entre candidatos, entre los que debe privar el respeto en todo momento. Ya bastante tendremos con la guerra sucia que preparan los panistas como para estarnos peleando entre nosotros.

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