viernes, 21 de octubre de 2011

¿POR QUÉ EL BASTONAZO?

Fíjese que hace días me hicieron una pregunta interesante y de la que, a reserva de lo que usted me diga, creo que no he hablado en este espacio. Y la pregunta fue: ¿Por qué esta columna se llama EL BASTONAZO?

Cuando comencé a escribir para este diario, este espacio no tenía un nombre definido que lo identificara, excepto porque, no sé si al director o al editor, le había gustado el título de mi primera entrega y lo puso como encabezado de las columnas subsecuentes. Este título era: “LA VIDA DE UN HOMBRE CIEGO”. ¡Sí! El mismo que aparece como subtítulo escrito con letras chiquitas en la edición impresa de este diario. Como a la tercera o cuarta entrega, mandé decir al editor que quería que mi columna se llamara EL BASTONAZO, nombre que se me ocurrió porque los ciegos, caminamos dando de bastonazos y de repente, en el andar por esas calles y banquetas tal como en el andar de la vida, llegamos a golpear muchos talones y tobillos. Algunos, al sentir el golpe, se incomodan o se enojan; otros, sin embargo, lo toman a gracia y a otros, realmente ni les importa. También al andar, golpeamos gente de bien, gente de mala leche y alguno que otro perro. Digo, de esos que se atraviesan en la banqueta para que no se ofenda nadie. ¿Le suena?

LOS NIÑOS ME BAUTIZARON COMO EL BASTONAZO
Y bien, ya me había dado a conocer, porque escribía en un periódico y mi nombre se leía en todo VALLARTA y BAHÍA DE BANDERAS. Pero debo confesar que nunca esperé que se me reconociera como EL BASTONAZO, sino como el licenciado OMAR ARCE, autor de la columna EL BASTONAZO. Pero con el tiempo, y gracias a que ustedes los lectores se tomaban un par de minutos en sus casas para leer este espacio, los niños comenzaron a reconocer la fotografía de OMAR ARCE, aunque no como tal. Parece que, como me dijo una amiga, el nombre es tan pegajoso que un día, mientras YO caminaba por una banqueta, un niño le dijo a su madre: “¡Mamy, ahí va EL BASTONAZO!” Y desde entonces, he escuchado a mucha gente que se dirige a mí en sus correos o cuando me encuentra en la calle, no como OMAR, sino como “BASTONAZO”, “Señor don BASTONAZO”, licenciado BASTONAZO”, “licenciado del bastón”, “BASTONAZO ARCE… ¡Y DE diversas formas! Por supuesto que no me desagrada, pues eso demuestra cuánto nos hemos podido identificar usted y Yo, al platicar de política, religión, sociedad, dinero y tantas cosas de las que aquí hablamos cada lunes, miércoles y viernes.

Puede decirse que, aunque esta es una columna escrita, es como si usted y YO platicáramos y de hecho, un par de amigas que me conocieron en la universidad, (eran amigas no sean mal pensados) me dicen que al leer EL BASTONAZO, es como si en verdad estuvieran oyéndome hablar o hablando conmigo. Y es que, esta columna, fue pensada para dirigirse al pueblo y no a los grandes intelectuales para quienes manifiesto mi respeto, pero YO prefiero hablar las cosas como son y como van. Como siempre hemos dicho: “Al pan pan y al vino vino”. Al rata, pues rata. Al corrupto, corrupto porque no hay de otra y por supuesto, así tal cuál como va y sin censuras, caiga quien caiga y hasta donde tope. ¡Y como suene! Así como a usted y a mí nos gusta.

Como dato adicional le cuento que, por un momento, pensé en titular este espacio “EL GARROTE”. Pero luego no faltaría algún jotillo que se emocionara y, como vi peligro Y MUY GRANDE, mejor le puse “EL BASTONAZO”. Suena rico y más todavía cuando, de repente, alguna chica me pregunta: “Oiga… ¿Usted es el del BASTONAZO?” “¡Hombre pero por supuesto! ¡Y cuando quiera se lo compruebo!” Contesto emocionado aunque luego, al decirme que me felicitan por la columna, se me vuelve a bajar la alegría. Jajajajajajajaja. ¿Cómo ve? Y hasta aquí la dejamos por hoy. Contacto: elbastonazo@hotmail.com.

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